Riquelme le dedicó el triunfo a todo el "pueblo argentino"

El colosal Juan Román Riquelme, estratega y además goleador de Boca Juniors, le dedicó la obtención de la Copa Libertadores de América "a todo el pueblo argentino".

"Estoy feliz. Porque ganamos merecidamente y porque este logro no es sólo para nosotros, sino para todo el pueblo argentino", remarcó Riquelme, único autor de los dos goles que tuvo el partido decisivo ante Gremio, en el Estadio Olímpico de Porto Alegre, pero además el jugador sobresaliente de la competición.

"Llegamos con mucha confianza en nosotros, pero sabiendo que faltaban noventa minutos de juego y que la clave estaría en mantenernos concentrados hasta el final", sostuvo Riquelme.

El astro argentino, que participó en el Mundial de Alemania 2006, será convocado oficialmente para sumarse al seleccionado argentino que irá en procura de la Copa América de Venezuela.

De todos modos, cuando fue consultado por los periodistas acerca de su reincorporación al plantel que conduce Alfio Basile, evitó una respuesta precisa y se limitó a contestar con una frase evasiva, aunque no por eso menos sincera: "Boca es campeón de América, estamos felices".

Riquelme destacó que "Boca impuso una forma de jugar, tanto de local como de visitante y por eso se quedó con el campeonato".

El xeneize fue proclamado por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) la figura de la final y recibió como premio del patrocinador del certamen un automóvil evaluado en 19.400 dólares.

"Esto no es solamente importante para Boca, sino para todo el fútbol argentino", exclamó un exultante Riquelme, mientras levantaba el trofeo que homenajeaba a Boca como el mejor equipo de América.

El creativo mediocampista marcó ocho goles al final de la competición, dos menos que los anotados por el cañonero máximo, el paraguayo Sebastián Cabañas.

Se trata del tercer título continental de Riquelme con la casaca xeneize, pues ya había ganado los de 2000 y 2001, antes de marcharse a España.

Riquelme también fue el mejor jugador en la final de la Copa Intercontinental del 2000, que Boca Juniors logró ante el Real Madrid español, y a continuación se transfirió al Barcelona, club en el que no tuvo éxito. En el conjunto catalán jugó 41 partidos y metió seis goles.

Después pasó al Villarreal, donde disputó 141 partidos y marcó 45 veces. Sus enfrentamientos en el último año con el técnico chileno Manuel Pellegrini, quien lo dejó frecuentemente fuera de las convocatorias, le reabrieron la puerta a una cesión a su club de origen, con el que ahora se proclamó nuevamente campeón de la Libertadores.