Alemania conquistó la Eurocopa femenina de 1989 y la premiaron con platos y pocillos

El fútbol femenino en Alemania tiene una historia bien particular y pasó de la prohibición a una expansión y popularización que al día de hoy las tiene compitiendo con los hombres en cuanto a títulos orbitales obtenidos, porque los hombres cuentan con 4 y las mujeres tienen 2 conquistas.

El fútbol para las mujeres en Alemania no gozó de los mismos beneficios ni facilidades que tiene actualmente, pues el apoyo y las miradas se centraban en las competiciones varoniles, y existía poco apoyo para las mujeres, ávidas de competencia y logros.

Hace 40 años era sencillamente imposible pensar que algún día el fútbol femenino generara enormes ingresos, aunque sigue estando disparejo el asunto entre hombres y mujeres, porque no se conocen transacciones estratosféricas en mujeres como las que acostumbran a realizarse con los hombres.

En 1989 se celebró en la entonces Alemania Federal la Copa Europea Femenina y la selección de la RFA quería comenzar a acortar terreno con los países escandinavos, Suecia y Noruega, que estaban dominado la escena mundial femenina del fútbol al ser las selecciones ganadoras de los dos primeros campeonatos continentales, así es que Alemania preparó un combinado fuerte que pudiese disputarle el título a las favoritas.

Alemania realizó un impecable certamen gracias al talento de sus jugadoras, pero también al apoyo del público, pues jugar les dio más fortaleza y motivación para junto a su hinchada celebrar un título continental y olvidar aquellos tristes años en los que los hombres se burlaban de las mujeres cuando las veían practicar fútbol.

En una final contra Noruega, la campeona defensora del título conseguido en 1987, Alemania puso lo mejor de su fútbol, pero también de su valentía y logró imponerse contundentemente por cuatro goles a uno, un título celebrado por cada una de las jugadoras de la selección alemana, demostrando que el sexismo podía dejarse atrás y que este triunfo les haría inspirar respeto por parte de una sociedad alemana muy machista.

Las enviaron a tomar café

Infortunadamente para las jugadoras alemanas campeonas solo hubo medallas y un trofeo porque el reconocimiento que la Federación de Fútbol de su país consistió en un juego de pocillos y platos para café para cada una de las jugadoras, un trago amargo del sexismo que tanto habían sufrido.

Las mujeres alemanas no se quedaron lamentándose y a partir de ese desagradable momento y con la reunificación alemana lista, se trazaron convertirse en las mejores del continente; trabajo realizado perfectamente porque después de aquella premiación con tazas de café, las alemanas conquistaron 7 títulos europeos más convirtiéndose en las más ganadoras, incluso por encima de las escandinavas.