Futbolistas

Por: Francy Agudelo • Colombia.com

Valencio cuenta en su autobiografía toda clase de vivencias y excesos a lo largo de su vida personal y deportiva

“El día anterior me fui a una discoteca, me acosté a las 5 de la mañana y jugábamos a las 3:30 de la tarde”: Iván Rene Valenciano. 

Iván René Valenciano. Foto: Instagram
Iván René Valenciano. Foto: Instagram

“El día anterior me fui a una discoteca, me acosté a las 5 de la mañana y jugábamos a las 3:30 de la tarde”: Iván Rene Valenciano. 

“El gol de la Gloria”, así se titula el más reciente lanzamiento de Iván Rene Valenciano, el ex futbolista y jugador de la Selección Colombia escribió un libro donde registró todo tipo de vivencias y muchas reservas a lo largo de su carrera como deportista profesional y de su vida en general. 

En diálogo exclusivo con la revista Semana aseguro que poco se conoce de su vida personal y se referencia sólo por su desempeño como jugador profesional: “Todo es basado en lo que dice la prensa, no lo que en verdad pasó y en este libro van a encontrar todo contado por Iván Valenciano y escrito por Germán”. 

Uno de los temas más controversiales es su relación con el alcohol, a lo que fue claro, reconoció su actividad después de los compromisos era tomar trago, y comentó que llegó a jugar “enguayabado”.

“Solo una vez jugué enguayabado (...) El día anterior me fui a una discoteca, me acosté a las 5 de la mañana y jugábamos a las 3:30 de la tarde. No fui ni siquiera a almorzar, llegué directamente al estadio y el profesor me puso de suplente. Ese día metí un gol y ganamos 2 a 1. (...). Siempre tomaba trago después de los partidos”, fue parte del abre bocas sobre la que ha sido su relación con el licor. 

Su primer contrato como futbolista le dio para poder pagar los transportes desde su ligar de residencia hasta el escenario deportivo donde el equipo desarrollaba los entrenamientos.

“Estamos hablando de 70.000 pesos, que en esa época era mucho. Me ganaba 35.000 pesos mensuales. Con eso tenía que pagar el transporte, coger el bus que pasaba por ahí por mi casa en Simón Bolívar y llegaba hasta el Paseo Bolívar, agarraba el bus de la 54. Me bajaba en la 72 con 54 exactamente y caminaba unas tres cuadras, porque el club quedaba en la 57”.