El peor cobro de la historia: se preguntan cómo quería Budimir patear una pena máxima

El cobro de penaltis en el mundo se ha tornado en un protocolo en que generalmente, y por cuestiones de moda e imitación, los pateadores realizan una carrerita interminable y desesperante para muchos o patean dando un salto en una acción con poca estética, pero con efectividad para muchos de los que prefieren patear así y no al estilo de antaño, con clase y pegado al palo, o fuerte y al ángulo.

Una de las formas de cobrar más populares en los últimos es a través de la famosa ´picadita´ o a lo ´Panenka’, llamada así por un jugador polaco fue el que se inventó esta acción que resulta temeraria porque puede representar los aplausos o los abucheos de la tribuna.

En el partido por la Liga española entre el Valencia y el Osasuna, se produjo una jugada muy curiosa que ocasionó la rabia, el reproche y hasta la risa, cuando un jugador se dispuso a patear un penal, pero su cobro no resultó como lo esperaba.

En el que es considerado el peor cobro de penal de la historia, el croata Ante Budimir es la comidilla de todos en el mundo futbolístico, porque no se sabe bien que fue lo que quiso hacer, pero al fin, lo que hizo estuvo más cerca del ridículo que de la gloria.

El luego entre el cuadro de Pamplona, que jugaba ante su público, se encontraba con desventaja de un gol, el cuadro rojillo intentó empatar por todos los medios y el reloj avanzaba sin un anhelado gol hasta que sucedió el milagro, penalti en tiempo de descuento en favor del equipo del Reino de Navarra.

Budimir recibió falta dentro del área y el árbitro señaló el punto blanco, el mismo afectado tomó la pelota y el público daba por descontado que se produciría el empate porque el croata es un especialista en cobros desde los doce pasos.

Los médicos también se mueren, dice el viejo refrán, y el especialista en cobros tiró una masita que recogió sin ninguna dificultad el arquero valenciano.

Al ver las imágenes del cobro, Budimir parecía querer realizar un cobro ´a lo Panenka´, pero cuando su botín estaba a centímetros de impactar la pelota, se arrepintió, pero ya era tarde, y en un extraño movimiento apenas conectó un tirito que llegó fácil al arquero.

Budimir quería empatar con sobradez, pero quizás se dio cuenta que, era mejor asegurar el cobro, lo pensó demasiado tarde y su ejecución privó a su equipo del empate en casa.