Por: Alexandra Méndez • Colombia.com

El error que cometes antes de dormir que aumenta el riesgo de padecer un infarto cerebral

Se estima que 1 de cada 4 personas sufre un derrame o infarto cerebral en su vida, las cifras van en aumento.

Este hábito antes de dormir aumenta el riesgo de sufrir un infarto cerebral. Foto: Freepik
Este hábito antes de dormir aumenta el riesgo de sufrir un infarto cerebral. Foto: Freepik

Se estima que 1 de cada 4 personas sufre un derrame o infarto cerebral en su vida, las cifras van en aumento.

Un accidente cerebrovascular, también conocido como derrame cerebral o infarto cerebral, sucede cuando se detiene el flujo sanguíneo a parte del cerebro, causando la muerte de las células cerebrales al no poder recibir el oxígeno y los nutrientes necesarios. 

Esta afección anormal del cerebro puede causar un daño severo a este órgano, discapacidad permanente e incluso la muerte. Según cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los derrames cerebrales matan a más de 137,000 personas al año, esto representa aproximadamente una de cada 18 muertes.

Generalmente, los infartos cerebrales ocurren de manera espontánea y repentina, pero en ocasiones, horas antes e incluso días antes se pueden presentar algunos signos y síntomas que aunque podrían deberse a otros factores, conocerlos podría ser útil para prevenir daños graves, entre estos están:

  • Mareo
  • Pérdida del equilibrio 
  • Confusión 
  • Dificultad para hablar
  • Entumecimiento de la cara o las extremidades 
  • Dolor de cabeza muy fuerte

El portal especializado en salud Cuídate Plus explica que “muchos de los factores que pueden aumentar las posibilidades de padecer riesgo de un infarto cerebral no se pueden controlar como la edad, la historia clínica familiar, la raza o el sexo". Sin embargo, la mayor parte de los factores que aumentan el riesgo pueden ser cambiados, tratados o modificados.

Uno de los hábitos que incrementa las probabilidades de sufrir un accidente cerebral tiene que ver con la alimentación. De acuerdo con los especialistas, posponer o retrasar el horario de nuestras comidas puede ser más nocivo de lo que imaginamos.

Un análisis llevado a cabo por especialistas del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), y divulgado en la prestigiosa revista científica Nature Communications, ha llegado a una conclusión crucial. La investigación revela que la postergación o demora en la ingesta del desayuno y la cena incrementa el riesgo de sufrir un infarto cerebral y otros eventos cardíacos.

De acuerdo con los hallazgos, aquellos que desayunan tarde o prescinden de este hábito, ven un aumento del 6% en el riesgo, mientras que en el caso de la cena, el riesgo se incrementa significativamente en un 28%. Estos datos resaltan la importancia de los hábitos alimenticios en la salud cardiovascular, subrayando la necesidad de considerar el momento de las comidas como un factor crucial en la prevención de eventos adversos.

La investigación se llevó a cabo realizando un seguimiento a más de 100.000 personas entre el 2009 y el 2022, destacando la importancia de llevar un buen horario y ritmo de las comidas del día para prevenir enfermedades cardiovasculares. 

Aunque no existe un horario ideal para ingerir cada comida, los expertos indican que el desayuno se debe consumir entre las 6:00 a 10:00 de la mañana, el almuerzo alrededor de las 12:30 y la 1:30 de la tarde y la cena en un horario de 6:30 a 7:30 de la noche.