Experta revela los efectos extraños en el cerebro de estar enamorado

Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha intentado descifrar el amor y la forma en que el ser humano se relaciona de forma romántica con otras personas. En torno a ello han surgido diversas teorías y hasta escuelas de pensamiento.

El amor es según la ciencia explicada por National Geographic un sentimiento que se activa por la estimulación de neurotransmisores, hormonas y feromonas. “Numerosos procesos se activan y la concentración de hormonas aumenta cuando estamos con alguien a quien amamos”, señala. 

De acuerdo con los científicos, en el juego del amor intervienen diversas partes del cerebro como el hipotálamo, la corteza prefrontal, la amígdala, el núcleo accumbens y el área tegmental frontal, ya que es un proceso netamente neurológico, pese a que está asociado con el corazón.

Los especialistas en psicología y neurología señalan que este sentimiento tiene múltiples efectos en el cuerpo, ya que no solo tiene un impacto a nivel biológico a través de la liberación de grandes cantidades de distintas hormonas, sino también a nivel emocional.

Según la jefa del Servicio en Neurología del Hospital Universitario Sanitas de Madrid, Cristina Fernández García, en entrevista para el portal Cuídate Plus, el enamoramiento tiene una lista de efectos a nivel biológico que te compartiremos a continuación. 

La experta explica que estos efectos están relacionados con la liberación de hormonas. "Cuando nos enamoramos, la dopamina, conocida como la hormona del placer, se libera a niveles extraordinarios. Esta explosión química no solo provoca la sensación de euforia y placer asociada al amor, sino que también comparte similitudes sorprendentes con experiencias como los juegos de azar y la consumición de drogas", señala.

"Luego de que el cuerpo comienza su danza de producción de hormonas llega la etapa del enamoramiento que se divide en cinco fases: atracción, que es cuando se liberan feromonas para generar el deseo; la fase inicial del amor”, que sucede cuando la relación se afianza y cobra protagonismo la dopamina, que genera euforia y una sensación de placer; la consolidación emocional, que es la fase del amor y la intimidad; la reactivación de la pasión, que es cuando las parejas se reconvierten y atraviesan nuevas experiencias; y por último, el desamor, que ocurre cuando el amor llega a su fin y se activan áreas cerebrales similares a las de una caída.