Dietas y métodos alimenticios para mejorar tu relación con la comida

Si alguna vez usted hizo una dieta en su vida, probablemente entienda por intuición por qué las estadísticas afirman que cerca del 90 por ciento de los que hacen dieta no lograrán mantener el peso adelgazado. 

Otros estudios han demostrado que las dietas funcionan más como un barómetro a largo plazo del engordamiento, la alimentación compulsiva y los trastornos alimenticios, que de lo que prometen, como bajar de peso y tener una vida más sana y feliz.

El ciclo de las dietas es brutal: uno queda absorto en el nuevo plan, programa o filosofía que promete resultados, restringe algún alimento o grupo de alimentos, se siente privado, se rinde, siente una culpa y una vergüenza enormes por “fracasar”, come como un cerdo durante un tiempo y termina con más peso que cuando empezó. Al final, en algún momento, vuelve a comprometerse a probar otra dieta restrictiva.

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Entonces, si usted ya hizo dieta alguna vez, es probable que tenga una relación complicada con la comida. En honor a la Semana Nacional de Concientización sobre Trastornos Alimenticios en EE.UU., les dejamos algunas formas de tomar medidas si usted tiene una relación complicada con lo que come.

Reconfigure sus cuentas de redes sociales. No tenga miedo a dejar de seguir por redes sociales a quienes hablan de dietas o hacen comentarios negativos sobre sus cuerpos o los de otros; póngase selectivo con las personas a quienes usted queda sujeto. Una de las mejores cosas de las redes sociales es que controlamos a qué nos exponemos, así que no tenga miedo de darle “dejar de seguir” a aquellos que lo desaniman.

Rodéese de gente y medios positivos. De la mano del consejo anterior, preste más atención a los medios que lee a diario. Busque podcasts y blogs con mensajes positivos sobre el cuerpo que no hablen de dietas para ver las cosas de otra manera. Es agotador estar rodeado de amigos y familiares que no paran de contar cómo detestan sus cuerpos y qué dietas siguen. No se puede subestimar la importancia de rodearse de positividad, así que fije límites o incluso hágase trabe nuevas amistades si hace falta.

Tome nota de sus monólogos internos. Dedique un momento a prestar atención y curiosee qué piensa. Observe cuántas veces por día usted piensa cosas peyorativas sobre sí mismo. Esfuércese de manera consciente para hablarse bien de usted mismo. Busque elementos de su persona de los que esté orgulloso y agradecido y recuérdese todas las cosas que está haciendo bien. Tenerse más cariño impactará de manera radical en cómo usted se cuida con la comida y en general.

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Distinga hechos de ficción. Si usted y la comida llevan años peleándose, puede ser útil invertir en aprender cómo separar los hechos nutricionales de la ficción. Hay mucha información dando vueltas que genera temor a los alimentos para vender productos. Invierta en asesoramiento individual con un experto en dietética o haga un curso introductorio de Nutrición en su universidad local. Entender cómo funcionan los alimentos en el cuerpo puede ser un método poderoso para avanzar en la creación de una relación más sana con la comida.

Examine sus intenciones. Hay una gran diferencia entre escoger alimentos con base en lo que a uno le satisface y lo hace sentirse bien y hacerlo según normas rígidas que pasan a controlar la vida de uno. Sea curioso y pregúntese por qué usted está tomando las decisiones que toma respecto a este tema. Si sus intenciones parecen restrictivas y estresantes, reevalúelas y reconfigúrelas. En un mundo ideal, lo que comemos se basa en los principios de la moderación, el equilibrio, la variedad y la satisfacción, no en normas rígidas.

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Hágase un análisis para ver si usted corre peligro de desarrollar un trastorno alimenticio. Tómese unos minutos para realizar un análisis online gratuito (en inglés)y ver si usted corre peligro de desarrollar un trastorno alimenticio. Además, si usted corre peligro o está seguro de que necesita ayuda, no tema acudir a un profesional. Un equipo de profesionales formados en el campo de los trastornos alimenticios, entre ellos un médico, un terapeuta y un dietista, pueden ayudarlo en su camino hacia la recuperación.

Vale la pena tener una relación sana con la comida. Hacer las paces con ella y con su cuerpo brinda muchas oportunidades y enriquece mucho la vida. Deje de perder el tiempo con dietas y comience a mejorar su relación con la comida hoy mismo.

Fuente: Deseret