Por: Redacción Actualidad • Colombia.com

Estaba tan borracho un conductor detenido que por poco daña el alcoholímetro

Estaba tan borracho un conductor detenido en Argentina que por poco daña el alcoholímetro, el hombre alcanzó la medición máxima, algo que se logra solo si se ha bebido de forma totalmente exagerada.

Un hombre estaba tan borracho que el aparato casi no puede medir su nivel de alcohol en la sangre. Foto: Twitter @RedSegVial
Un hombre estaba tan borracho que el aparato casi no puede medir su nivel de alcohol en la sangre. Foto: Twitter @RedSegVial

Estaba tan borracho un conductor detenido en Argentina que por poco daña el alcoholímetro, el hombre alcanzó la medición máxima, algo que se logra solo si se ha bebido de forma totalmente exagerada.

El alcoholímetro es un instrumento de medición de alcohol en la sangre o en un gas, con este aparato se controla que los conductores no vayan detrás del volante en estado de embriaguez o de algún grado de perturbación que impida su total concentración.

Estos aparatos generalmente presentan una enorme fiabilidad y fueron diseñados para que, de acuerdo con su uso, no necesiten un constante mantenimiento y calibración, por consiguiente, casi siempre que son utilizados, arrojan resultados confiables.

En Santa Fe en Argentina, la policía se encontraba realizando operativos de control para cazar conductores que se encontraran manejando sus vehículos bajo efectos del alcohol, la jornada transcurría de forma normal, pero al detener a un hombre notaron que su conducción no era la de un hombre sobrio porque manejaba en contravía y con las luces apagadas en horas de la noche.

El conductor se detuvo y se acomodó a un lado de la vía, los agentes notaron que su conducta no era normal, al igual que su expresión y forma de hablar, ellos inmediatamente se dieron cuenta que el hombre había ingerido alcohol porque el olor que expelía lo delataba.

@RedSegVial

Insólito: manejaba en con...

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Cuando se acercaron para pedirle los documentos pertinentes, el hombre realizaba movimientos torpes que indicaban que se encontraba borracho y que, en efecto, había consumido bastantes cantidades de licor, de manera que debían realizarle la prueba del alcoholímetro para formalizar el informe y aplicar las respectivas sanciones legales por el hecho.

Los policías de tránsito tomaron el aparato para la medición de alcohol, lo pusieron sobre la boca del conductor y le pidieron soplar, el hombre obedeció y al revisar la lectura en la pantalla, uno de los agentes pensó que lo que arrojaba el dispositivo no era cierto, decidió pedir al conductor repetir la operación y el resultado fue el mismo de la primera vez, el aparato mostraba tres rayas hacia arriba, una extraña medición y se debe estar muy ebrio para que al aparato marque esto.

Los agentes creyeron que el aparato se había descompuesto, pero había sido revisado y calibrado poco tiempo antes, lo que sucedió fue que el conductor borracho lo llevó al tope y así permaneció durante unos minutos.

Lógicamente el conductor recibió las sanciones pertinentes, su auto fue detenido y él conducido a un centro asistencial para que se le pasara la borrachera, las autoridades aprovecharon este caso para advertir a la ciudadanía de los graves peligros que representa conducir bajo el efecto del alcohol, lago que el imprudente conductor de esta historia no solo sobrepasó, sino que exageró.