Bolivia: Manifestantes derriban estatua de Hugo Chávez tras presunto fraude electoral

En la noche del pasado lunes 21 de octubre, una gran multitud en Bolivia decidió salir a las calles a protestar por lo que muchos tildan como un “robo” de las elecciones por parte del actual presidente Evo Morales, quien busca su tercera reelección sin necesidad de llegar a una segunda vuelta, frente al líder opositor Carlos Mesa.

La violencia se extendió en este país en protesta cuando el órgano electoral difundió datos preliminares que le dan la victoria a Morales pese a que en el recuento oficial va prácticamente empatado con Mesa.

Por esto, los opositores iniciaron una serie de manifestaciones, siendo una de las más representativas el derribamiento de una estatua del fallecido Hugo Chávez, expresidente de Venezuela y uno de los máximos representantes del llamado Socialismo del Siglo XXI en Latinoamérica.

En vida, Chávez tuvo una larga amistad con Evo Morales con quien compartían la misma ideología de izquierda tan criticada en la región y que, hoy por hoy, ha recibido fuerte rechazo en Bolivia.

En varios videos que circulan por redes sociales se puede observar a un grupo de manifestantes en Riberalta (norte de Bolivia) halando fuertemente de unas cuerdas atadas a la estatua que finalmente termina cediendo y cae ante los gritos de júbilo de la multitud.

La figura fue inaugurada por Morales en 2013, año en que murió Chávez (5 de marzo).

Escucha acá las principales emisoras informativas de Colombia 

Violencia electoral

Los incidentes también se produjeron en La Paz, frente al hotel donde se realiza el recuento aún al 63 por ciento, en Sucre, capital del país, Cochabamba, Tarija, Ouro y otras ciudades de Bolivia.

La sede regional del tribunal electoral en Potosí fue incendiada, mientras que otras en varias regiones sufrieron ataques.

Los detractores de Morales se enfrentaron a la Policía y a simpatizantes del partido del presidente, el Movimiento al Socialismo (MAS).

La difusión por parte del Tribunal Supremo Electoral de un resultado preliminar no oficial, que da al presidente por unas décimas la victoria en primera vuelta, desató las protestas.

Este conteo otorga a Evo Morales el 46,85 por ciento de los votos frente al 36,74 de Carlos Mesa, con solo once décimas para proclamarle vencedor de primera vuelta.

Según la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, la victoria se la lleva el candidato con al menos el 50 por ciento de los votos, o con el 40 y diez puntos de ventaja sobre el segundo, que se cumpliría con estos datos por solo esas décimas.

Sin embargo, el recuento oficial está todavía al 63,1 por ciento y da Morales el 42,8 por ciento y el 41,86 a Mesa, con lo que ambos irían a segunda vuelta al ser los más votados, pero sin haber logrado los porcentajes que dan la victoria en esta primera convocatoria.

Esta mezcla de datos fue interpretada por los críticos a Morales como un intento de fraude para darle la victoria en primera vuelta, ya que la noche del domingo se había detenido el conteo provisional cuando daba opciones a Mesa de una segunda cita con las urnas.

“No nos rendiremos”

El ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, acusó a Mesa de instigar las movilizaciones para llevar al país "a un estado de confrontación".

Por su parte, el candidato opositor respondió en Twitter que "el Gobierno, con su decisión de burlar de nuevo la voluntad del pueblo, es el único responsable de la violencia que amenaza a Bolivia", con la advertencia de que "¡No nos rendiremos!".

Asimismo, la misión de observación de la OEA instó al órgano electoral a "defender la voluntad ciudadana" de manera "ágil" y "transparente", tras la confusión generada por la difusión previa del resultado preliminar sin esperar al oficial.

Fuentes de las Fuerzas Armadas informaron a Efe de que recibieron un aviso para permanecer alerta ante la situación, sin que se tenga constancia de que haya sido necesaria su intervención.

Recuerda seguir todo nuestro contenido en Google News