Lula da Silva: de la cárcel por corrupción a acariciar su tercera presidencia de Brasil

El líder del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, acaricia su tercera presidencia de Brasil tras ganar la primera vuelta de este domingo. En la jornada electoral, el izquierdista alcanzó el 48,21 % de los votos válidos, frente al 43,39 % de Bolsonaro.

Tras conocer los resultados, expresó su confianza en vencer las elecciones ante Bolsonaro en la segunda vuelta y resaltó que el resultado de este domingo es solo una "prórroga". "Vamos a ganar las elecciones", afirmó. 

Luiz Inácio Lula da Silva fue presidente de Brasil entre 2003 y 2010. Durante su gobierno promovió un programa que tenía como prioridad erradicar la pobreza con políticas sociales y liquidar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). 

El político brasileño es el séptimo hijo de un matrimonio y fue abandonado por su padre antes de que la familia emigrara a la industrializada metrópoli de Sao Paulo. Durante su vida se desempeñó como vendedor ambulante y lustrabotas. 

A sus 15 años inició su formación de torneo, perdió un meñique al manipular una máquina y lideró una histórica huelga contra la dictadura militar en la década de 1970, cuando encabezaba el sindicato de los metalúrgicos. 

El fundador del Partido de los Trabajadores se convirtió en 2003 en el primer presidente brasileño proveniente de la clase obrera y obtuvo un gran prestigio internacional al liderar el ‘milagro’ económico brasileño. 

Lula da Silva logró ser reelegido por el pueblo tras superar el escándalo del ‘Mensalao’, una millonaria contabilidad ilegal montada por la colectividad de Gobierno para comprar el apoyo de varios congresistas.

Lula da Silva, condenado a 12 años de prisión 

Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado en 2017 a 12 años de prisión por corrupción en el marco de la Operación Lava Jato. Esta fue la primera vez en la historia de Brasil que un expresidente era sentenciado por corrupción pasiva.

Fue declarado culpable de los cargos de corrupción y lavado de dinero derivados de los sobornos y beneficios que recibió de la petrolera estatal Petrobras. La decisión la tomó el juez Sérgio Moro, quien también lo imposibilitó de presentarse a las elecciones presidenciales de 2018, las cuales ganó Jair Bolsonaro. 

El expresidente cumplió 19 meses de sentencia antes de que esta fuera anulada por la justicia. Tras ser liberado, fue recibido por una multitud de dirigentes y militantes del Partido de los Trabajadores que se habían congregado a las afueras de la prisión para recibirle.

Finalmente, el 8 de marzo de 2021 uno de los jueces de la Corte Suprema anuló todas las sentencias dictadas contra Lula, debido a que el juez Moro carecía de competencia para entender en los supuestos delitos que le imputó. Después, el político presentó su candidatura a la Presidencia.