Mujer graba el momento en que queda atrapada bajo 200 tiburones

El océano no solo es hermoso y misterioso, sino que además puede representar un peligro para quienes no están acostumbrados a él, muchos osados han descendido en él para disfrutar de las especies que se encuentran allí, algunos se han topado con depredadores y otros han tenido la fortuna de salir a flote airosos luego de tener muy cerca el fin de sus vidas.

Las aguas marinas australianas son un universo de corales y rica vida animal, pero también son el hogar de diferentes especies de animales, algunas de ellos mortales para los humanos cuando estos se sumergen e invaden su casa.

El continente australiano es un lugar de especial reunión de especies propias y migratorias de tiburones, los temidos habitantes de los océanos que, aunque intimidantes, representan una importante fuente de vida de las aguas y cuya conservación se clama, teniendo en cuenta que muchas clases de escualos se encuentran en peligro de extinción.

Las terribles imágenes que hemos visto en las películas en las que una persona se ve cara a cara con un tiburón tuvo que protagonizarlas una mujer que decidió descender a lo profundo del océano y experimentar el terror que produce estar ante, no uno, sino cerca de 200 tiburones martillo.

El tiburón martillo, llamado así por su cabeza en forma de esta herramienta, es una especie migratoria que se puede encontrar en las costas de la Florida en los Estados Unidos, pero también en Australia, un lugar que encuentran amable, luego de nadar por miles de kilómetros, a pesar de que se les considera como una especie solitaria.

La mujer había decidido bucear en aguas de la costa de Nueva Gales del sur cuando de repente se vio atrapada entre un número aproximado de 200 tiburones, y aunque se dice que esta especie no ataca a los seres humanos, su aspecto y su cantidad, hicieron que se refugiara en un banco de rocas.

La presencia intimidante de los escualos hizo que la mujer experimentara una gran sensación de temor por su vida, la que se acrecentó cuando un banco de peces se instaló en las mismas rocas en las que ella se escondía para evitar ser presa de los mismos tiburones, entonces ella decidió grabar aquel instante.

Los tiburones martillo pueden llegar a medir hasta 6 metros de largo y estuvieron posados prácticamente sobre la cabeza de la mujer, finalmente esta experiencia pasó a ser el gran susto de su vida porque luego se alejaron y ella pudo volver a la superficie sin problema.