Por: Alexandra Mendez • Colombia.com

Mujer se hizo una cesárea a si misma para traer a su hijo al mundo

Según el relato de la mujer, recurrió a medidas desesperadas pues el bebé ya llevaba más de 10 meses en su vientre.

Mujer se practicó una cesárea en la sala de su propia casa. Foto: Shutterstock
Mujer se practicó una cesárea en la sala de su propia casa. Foto: Shutterstock

Según el relato de la mujer, recurrió a medidas desesperadas pues el bebé ya llevaba más de 10 meses en su vientre.

Inés Ramírez es una mujer que ha logrado sobrevivir a una de las situaciones más extremas que una persona puede enfrentar: realizarse una cesárea a sí misma. Su historia es un ejemplo de valentía y determinación, pero también pone en evidencia las dificultades que enfrentan muchas mujeres en el mundo al momento de dar a luz.

Inés vive en una pequeña comunidad indígena llamada Río Talea, ubicada en la selva de México, donde no hay acceso a servicios médicos especializados. Cuando estaba embarazada de su cuarto hijo, hace 23 años, comenzó a sentir fuertes dolores y contracciones. Sin embargo, no podía ir al hospital más cercano porque estaba a mas de ocho horas de distancia y no tenía los recursos para pagar el transporte.

Ante esta situación, Inés tomó una decisión desesperada y se realizó una cesárea a si misma sin anestesia, solo con un cuchillo de cocina y mucha sabiduría. Sin la ayuda de nadie, la mujer logró extraer al bebé de su vientre y cortar el cordón umbilical. A pesar de las dificultades, tanto ella como el recién nacido sobrevivieron.

Los hechos ocurrieron el 6 de marzo del año 2.000. Según el relato de Irene, el bebé ya llevaba más de diez meses en su vientre, por lo que no vio otra alternativa más que buscar una silla y ejecutar un corte con precisión para no causarle heridas al bebé y evitar que se el acabara el oxígeno en su interior. 

Tras realizar la extracción del bebé, Ramírez cayó herida y agotada sobre un tapete intentando seguir consciente para proteger a su hijo, por fortuna, al cabo de unas horas apareció un señor que la ayudó y la coció con una aguja y algodón, y posteriormente la llevó a un hospital donde fue intervenida quirúrgicamente para restaurar los daños. 

Parece ser que la mujer no confiaba mucho en las parteras ni en los médicos, pues en una entrevista para un medio local aseguró: “Nunca sentí miedo ni siquiera cuando me abrí el vientre, solo cuando llegué al hospital fue que temí por mi vida”.

A pesar de que han pasado más de dos décadas, la historia de Inés se ha vuelto viral en las redes sociales en los últimos días, donde muchos han expresado su admiración por su coraje y determinación. Sin embargo, también se ha abierto el debate sobre la falta de acceso a servicios médicos en muchas partes del mundo, especialmente en comunidades rurales y marginadas.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren cerca de 300.000 mujeres en todo el mundo debido a complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto. La mayoría de estas muertes ocurren en países en desarrollo, donde el acceso a servicios médicos es limitado.