Presidente de Rusia, Vladimir Putin, quiere que Alaska vuelva a ser parte de su territorio

Alaska, un territorio de los Estados Unidos que ocupa la parte septentrional del continente americano está separada del país que la domina por el territorio canadiense y la razón de esto es porque no siempre fue parte de lo que hoy es la Unión Americana debido a que alguna vez hizo parte de Rusia.

Vladimir Putin vuelve a ser noticia porque está dispuesto a recuperar los territorios que alguna vez fueron rusos, entre ellos Alaska, así lo dio a conocer la revista Newsweek, que dice que, en enero 17, el mandatario ruso firmó un decreto en el que su gobierno lanza protección sobre territorios que interesan a la nación que actualmente libra una confrontación con Ucrania y que hasta hace poco más de 30 años componía el principal rival político y militar de los Estados Unidos con miras a la dominación estratégica en el mundo.

Rusia se encamina hacia elecciones presidenciales en marzo y algunos analistas ven este decreto de Vladimir Putin como una medida populista y sobre todo, nacionalista, que busca mantener al gobernante de 71 años en el poder de una de las naciones con mayor influencia en el contexto internacional.

Para los Estados Unidos, este tipo de decretos, generan un ambiente de confrontación, la cual se ve fortalecida en diferentes redes sociales como Telegram y en blogs que son escritos por rusos ultranacionalistas, por eso el pedido de la reconquista de antiguos territorios rusos puede ser una amenaza de confrontaciones.

Un estado enorme, pero muy frío

Alaska cuenta con 1´717.856 kilómetros cuadrados de extensión y es el estado más grande de los Estados Unidos, pero también el menos poblado debido a su clima gélido, pero lleno de recursos naturales como la pesca en los mares, la madera y el petróleo.

El territorio de Alaska fue comprado por los Estados Unidos al Zar Alejandro II en 1867 por la suma de 7´200.000 dólares, en tiempos en los que Rusia se encontraba en una difícil situación económica y el territorio era susceptible a ataques británicos que las tropas rusas no podrían enfrentar.

Durante años se consideró que lo que había hecho Estados Unidos con Rusia fue un robo, pero el contrato se firmó en Washington y la transacción fue reconocida por la comunidad internacional, sin embargo, en Rusia no se ahogó el movimiento que espera que algún día Alaska pueda volver a dominio ruso.

Demagogia, populismo o nacionalismo, la idea de una Alaska de vuelta a Rusia parece descabellado, porque esto supone enfrentarse con los Estados Unidos, algo que estuvo muy cerca de darse durante 40 años en la llamada guerra fría que enfrentó al más puro capitalismo contra el comunismo.