Auxiliar de policía logró rescatar a un perro atrapado en un caño de Bogotá

Por estos días el invierno arrecia en casi todo el territorio nacional, en los campos los desbordamientos de ríos y los deslizamientos de tierra tienen a las autoridades de prevención y socorro muy atentas, mientras que la población se encuentra atenta ante cualquier creciente o aguacero, porque en cualquier momento deben abandonar sus viviendas que se encuentran en riesgo.

La situación en las ciudades también se hace difícil, las calles se anegan ocasionando gran represamiento vehicular y los sistemas de alcantarillado no dan abasto para tanta cantidad de aguas lluvias.

Cuando llega el invierno, infortunadamente son miles y miles de colombianos quienes deben padecer la inclemencia del clima, son muchos los que deben abandonar sus viviendas, y cuando eso sucede, muchas veces deben permanecer a la intemperie, a veces abrigados solo con la ropa que llevaban puesta al abandonar sus lugares de residencia.

No solo las personas sufren con la dureza del invierno en nuestro país, los animales de campo y los animales callejeros son otras víctimas, que, en silencio, también soportan las dificultades del agua, el hambre y el frío.

Bogotá, capital de la República, cuenta con un enorme número de perros callejeros, cifra que crece con la falta de esterilización de los ejemplares y también con la misma pandemia, que ha originado que muchas personas hayan abandonado a sus mascotas ante la imposibilidad de poder mantenerlas, esto debido al deterioro de su economía por haber perdido su trabajo, disminuido sus ingresos o por falta de humanidad, pero también existen perros que se alejan de sus amos y terminan corriendo riesgos.

Justamente en la ciudad de Bogotá se presentó el caso de un perro que asustado en medio de la lluvia fue a parar a un caño ubicado en la Avenida Boyacá con calle 26 en el occidente de la capital, y cuando esta cesó, quedó allí sin saber qué hacer en medio de las aguas turbias del canal, fue entonces cuando un auxiliar de la policía, luego de ser alertado por la comunidad sobre la presencia del canino, ingresó para rescatar al animal sin importar la altura de las aguas y su nauseabundo olor.

El joven elemento policial ingresó al caño y llegó hasta donde se encontraba el perro, se acercó lo tranquilizó y luego lo cargó en sus brazos hasta ponerlo a salvo, el joven realizó la labor de manera desinteresada, por eso mismo no le importó mojar y ensuciar su uniforme con tal de rescatar al animal.