¿Qué originó los enfrentamientos entre el Esmad e indígenas en Bogotá?

La presencia de más de 1.500 indígenas en el Parque Nacional de Bogotá, donde se encuentran asentados desde hace 7 meses, derivó el miércoles en fuertes enfrentamientos entre miembros de la Fuerza Pública y este grupo poblacional. 

Tras varias horas de bloqueo en la carrera Séptima, la Policía recibió la orden de sacar a los manifestantes del corredor vial para permitir nuevamente la circulación de vehículos y de personas. Sin embargo, la situación se salió de control y llevó a disturbios. 

En medio de los hechos se reportaron múltiples daños a vehículos particulares, al SITP, buses de Transmilenio y una ambulancia y resultaron heridos una veintena de mujeres y niños indígenas, diez gestores de convivencia de la Alcaldía de Bogotá, un funcionario de la Defensoría del Pueblo y ocho policías. 

Según los indígenas, la noche del miércoles estaban en una minga cuando, sorpresivamente y "de manera desproporcionada e injustificada", intervino el Esmad dejando como resultado varias personas lesionadas, entre ellos varios niños, adultos mayores y mujeres embarazadas.

En consecuencia, esta comunidad urge a los organismos internacionales y a los órganos de control de Colombia iniciar las investigaciones para "establecer el posible abuso de la fuerza en la intervención del 6 de abril por parte de la Policía".

De acuerdo con Colprensa, los indígenas realizaban este acto de protesta ante las precarias condiciones en las que están pese a los llamados de la Alcaldía para moverse al parque La Florida. 

Durante el transcurso de los siete meses en los que llevan asentados en ese punto de la ciudad, han fallecido dos niños, sin contar con los que han resultado con algún síntoma de enfermedad. Por tal razón, los indígenas colocaron vallas en la mitad de la Séptima. 

Lo que pretendía esta comunidad era realizar lo que llamaron “puntos de pedagogía y sensibilización”, con el propósito de “visibilizarnos porque llevamos siete meses acá ante el desinterés y la desidia”. Así lo señaló el coordinador de las Autoridades Indígenas en Bakatá, Jairo Montañez.

Por su parte, el diario El Colombiano informó que autoridades judiciales están revisando cámaras de seguridad del sector porque hay evidencia de que los indígenas rompieron vidrios de seis buses del SITP, tres vehículos particulares, una ambulancia y establecimientos privados ubicados a las inmediaciones del Parque Nacional. 

Entre tanto, el coronel Herbet Benavides, subcomandante de la Policía de Bogotá, señaló que los manifestantes “utilizaron niños colocándolos como escudos humanos” y que los conductores que iban movilizándose por el lugar “fueron amenazados e intimidados” por los indígenas. 

No obstante, estas declaraciones fueron desvirtuadas por Sandra Rosado, representante del pueblo Wayuu, quien dijo que “nosotros no instrumentalizamos a los niños. Acá la gran masa poblacional es de niños y mujeres”. 

Sobre la participación de niñas y niñas en la protesta, la alcaldesa Claudia López dijo que estas son actuaciones ilegales. “No solamente es inhumano y es injusto, es un delito con más de 10 años de cárcel”, recalcó y pidió a la Fiscalía investigar.

En todo caso, las 536 familias indígenas que están en el Parque Nacional dicen que van a permanecer allí porque consideran que no existen garantías para regresar a sus tierras debido a la violencia que pone en peligro sus vidas.