Con bolsas y sillas de ´lujo´ mujer viajó fresca en un bus articulado de Transmilenio

Que se transporten mercados en Transmilenio dejó de ser una novedad, pues son más los habitantes de Bogotá que para ahorrarse el valor de su servicio de un camión o de un taxi prefieren incomodar a sus semejantes con tal de no gastar unos pesitos sin importar que los llamen ´chichipatos´.

Muchos han visto a migrantes con sus pertenencias desfilando por un bus articulado del sistema de transporte de Bogotá, pero hasta personas con carrito de mercado, de los mismos de un supermercado, han ingresado al sistema atiborrados de víveres de establecimientos de grandes superficies.

Si en alguna oportunidad alguien tiene la oportunidad de subir una vaca o un toro a un Transmilenio lo hará, porque la pregunta que cualquiera se hace es dónde están las autoridades que permiten que alguien ingrese con carga que obstaculiza y perjudica a los demás usuarios.

Hace unos meses un orondo motociclista ingresó a una estación con una moto y cuando se aprestaba a ingresar a un vehículo fue detenido, la pregunta del millón es cómo pudo ingresar a la estación, pero el colmo de los colmos se produjo el pasado y soleado fin de semana en la ciudad de Bogotá cuando una mujer ingresó con tres sillas y unas bolsas por la puerta de atrás de un articulado sin problema alguno.

La mujer ingresó con tres sillas tapizadas que no parecían ser de las ´económicas´ y se sentó en una de ellas muy fresca y sin importar obstaculizar el paso de los usuarios del sistema masivo de transporte de la ciudad capital de la República.

En las redes sociales nombraron la curiosa escena como ´la auténtica primera clase del Transmilenio´, tomándose en broma la falta que cometía la usuaria que fue captada y su imagen difundida rápidamente a través de las redes sociales.

Anarquía total en Transmilenio

Desde que Transmilenio inició labores encontrar anarquía y total falta de cultura es común en el sistema Transmilenio y sentarse en el piso, colgarse de las varillas, llevar animales bravos sin bozal puesto o ingerir licor se volvieron acciones comunes, pero los trasteos parecen convertirse en una costumbre.

Tener que transportarse en Transmilenio es una pesadilla para muchos bogotanos que deben soportar robos, acosos, falta de educación y civismo, vendedores ambulantes de todas las nacionalidades y un servicio con muchas deficiencias y alto costo.

Transmilenio solo permite transportar objetos de hasta 60 centímetros por cada una de sus caras y a diario la Policía metropolitana interviene para evitar que personas ingresen con objetos voluminosos a las estaciones y portales del sistema Transmilenio.