Indígenas que agredieron policías en protestas del miércoles fueron dejados en libertad

Luego de los violentos hechos protagonizados por indígenas Embera en el centro de Bogotá y en el que las imágenes evidenciaron la forma en que atacaban a la fuerza pública, siendo las de la golpiza con palos propinada a un patrullero que yacía inconsciente en el piso y la de una joven auxiliar bachiller que logró ser rescatada por ciudadanos, las muestras de la caótica situación vivida el miércoles.

Dos hombres fueron capturados y el viernes se realizó la audiencia de imputación de cargos, aplazada cuatro veces, en ella la Fiscalía General de la Nación presentó pruebas y testimonios de gestores de convivencia, policías y un defensor público que resultaron víctimas de agresiones por parte de los miembros de la comunidad indígena.

A pesar de que un juez aseguraba a los implicados, Carlos Andrés Murillo Queragama y Guillermo Naticay Cheche, que la Fiscalía contaba con pruebas materiales y testimonios, los dos hombres afirmaron que la Policía mintió en sus acusaciones contra ellos.

Aunque se esperaba que los dos hombres acusados de agredir policías fueran considerados culpables y enviados a una institución carcelaria, finalmente la Fiscalía General de la Nación desestimó la solicitud de aseguramiento preventivo por considerar que estos no representan peligro para la sociedad, ni para las víctimas.

La Procuraduría General de la Nación respaldó la decisión de la Fiscalía asegurando que Murillo Queragama y Naticay Cheche no cuentan con anotaciones en su pasado judicial, por lo que el juez no aceptó la solicitud de aseguramiento preventivo y los dejó en libertad.

La violenta jornada del pasado miércoles dejó como saldo 16 policías y 11 gestores de convivencia heridos y varios de los trabajadores de la Alcaldía de Bogotá agredidos, manifestaron que las mismas personas a las que en anteriores habían atendido fueron quienes los golpearon sin mediar palabra.

Los policías que cayeron al piso cuando se transportaban en una motocicleta y fueron recibidos con golpes de varillas y palos contaron a los noticieros que los hombres buscaban sus armas de dotación para dispararles, pero como no estaban armados más que de una tonfa, los golpearon a su antojo y sus heridas los envió al hospital.

Los indígenas Embera, cuyo número en la capital de la República es de aproximadamente 1.250 protestaban porque, según ellos, la Alcaldía de Bogotá les incumplió varias promesas en aspectos como vivienda, salud y educación, algo que han negado las autoridades bogotanas, entre ellas la alcaldesa Claudia López Hernández, quien ha dicho que más de 9.000 millones de pesos se han destinado para la atención de la comunidad.