Mujer rompe billete de 100 mil pesos para probar su falsedad, pero resulta legítimo
Una mujer no creyó que un billete de 100 mil con que le pagaron fuera original, entonces lo rompió y le hizo pruebas que confirmaron su legitimidad.
Una mujer no creyó que un billete de 100 mil con que le pagaron fuera original, entonces lo rompió y le hizo pruebas que confirmaron su legitimidad.
Dicen que hay que ver para creer y así quedó signado Santo Tomás cuando no daba crédito a los orificios en las manos de Jesucristo resucitado después de muerto en la cruz.
Una versión de Santo Tomás, pero femenina, ha sido tendencia en las redes sociales porque una mujer en un establecimiento comercial de Yopal en Casanare se negaba a recibir un billete de 100 mil pesos por el pago de una compra que realizó un cliente.
La vendedora, reacia con recibir el billete por considerar que podría ser víctima de una trampa, finalmente decidió aceptarlo, pero sin ningún escrúpulo lo partió a la mitad asegurando que era falso.
Una vez lo rompió, la inquietud de su dueño se disparó, pero la vendedora seguía firme en cuanto a su consideración del billete como falso y no parecía hacer caso a los reclamos del portador.
Mientras el dueño aseguraba que su billete era legítimo, la mujer decidió someter a prueba a los dos trozos del papel moneda y los sumergió en agua esperando a que soltaran tinta y se verificara su falsedad.
“Yo voy a meterlo al agua. Si el billete bota tinta, si se distorsiona o se daña el papel, yo no lo recibo. Si está sanito debe seguir tal cual”, indicó la escéptica vendedora.
Pasado un tiempo ninguno de los trozos soltó tinta y el cliente parecía cantar victoria, pero fue cuando comenzó a frotarlos contra un papel, pero nada, ninguno de los trozos despedía tinta y su autenticidad se confirmaba.
A pesar de que el billete mostraba ser original, la mujer seguía empeñada en asegurar que no era auténtico, mientras el dueño le decía que debería pagarle el billete, pues ella lo fue rompiendo con la excusa de ser falso.
La mujer que se mostraba convencida, era la vendedora de una tienda de calzado, pero su intención de demostrar que el billete de 100 mil pesos con el que le habían pagado una compra resultó mal, pero no pareció acongojada con la situación y, por el contrario, insistía que el billete no era original.
Mientras sumergía en un vaso con agua las partes rotas, indicaba que seguramente una mitad era original y la otra falsa, pero nada de esto pudo ser comprobado y el tono de voz imponente del principio se reducía, aunque nunca afirmó que se había equivocado y que el billete era auténtico.
Al final la mujer aceptó entregar las vueltas de la compra y seguramente de ahora en adelante sabrá cómo reconocer un billete sin tener que estropearlo.