Por: Alejandro Poveda • Colombia.com

Opinión: "Iván Duque, 'el pollo' que encamina a Colombia hacia una dictadura"

Las posturas de Iván Duque se tornan peligrosas para la democracia del país y su estabilidad.

Actualización
Duque ha defendido férreamente a las Fuerzas Armadas. Foto: Twitter @infopresidencia
Duque ha defendido férreamente a las Fuerzas Armadas. Foto: Twitter @infopresidencia

Las posturas de Iván Duque se tornan peligrosas para la democracia del país y su estabilidad.

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Muchos votantes se han visto decepcionados con el papel de Iván Duque en la presidencia. De ser aquel hombre tan diplomático en su forma de actuar, aquel ‘pollo’ en la política’, ahora parece un verdadero peligro, por acción u omisión, para la estabilidad del país.

Los recientes actos del presidente Iván Duque han mantenido a varios sectores de la política colombiana bajo una permanente preocupación. No solo a sus opositores, como algunos pudieran creer, los de centro también han visto atónitos como el mandatario no da pie con bola en las decisiones que toma frente a la ciudadanía que exige no más abusos por parte de las autoridades.

@petrogustavo

El gobierno de Duque, sig...

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Los desaciertos de Iván Duque, que no son pocos, pasan por interferir en las decisiones de la Corte Suprema de Justicia en defensa del expresidente Álvaro Uribe a poner en riesgo la vida de los colombianos en medio de su derecho a la protesta. En el caso de Uribe, si bien es cierto que gracias a una tutela ahora debe abstenerse de dar su opinión publicamente, nada nos asegura que tras bambalinas Duque no mueva los extensos y poderosos hilos del uribismo para ‘favorecer a su líder natural’. La designación de su gran amigo, Francisco Barbosa, en la Fiscalía, y el conveniente traslado de varios casos de Uribe a la entidad, es una muestra de ello.

Más preocupante aún es la postura que ha tomado el mandatario en los casos de abuso policial. Es claro que como presidente debe velar porque se legitime la autoridad de las instituciones, así debería ser en un escenario normal. Sin  embargo, lo ocurrido en el país en las últimas semanas tras la muerte de Javier Ordoñez, y los desmanes protagonizados por los uniformados de la Policía durante las protestas, justificarían por completo que Iván Duque se coloque a favor de la ciudadanía y no de las fuerzas armadas.

¿En cambio qué hace? Estigmatiza las manifestaciones, compra nuevas motos de ‘combate’ urbano para el ESMAD, se coloca la chaqueta de una institución cada día más cuestionada y niega que se deban realizar cambios a pesar de las evidentes irregularidades que se presentan dentro de las fuerzas armadas, llámese Policía o Ejército.

El papel de Duque en todo este embrollo es aún incierto. No sabemos si funge como el mismo candidato escogido a dedo que obedece órdenes y no es consciente de lo que pasa o si por el contrario ‘el pollo’ ha elegido el camino del poder y se encamina a la dictadura que puede ser posible por medio de las fuerzas militares. La historia, en reiteradas oportunidades, nos ha mostrado que el adecuado control de los ejércitos y la transparencia que se les pida, puede ser la diferencia entre una sana democracia y una temible dictadura.

En cualquiera de los dos escenarios en los que se encuentre Duque, el panorama no es alentador. El apoyar ciegamente a quienes obtienen su autoridad por medio de la fuerza y de las armas es peligroso porque viabiliza la impunidad de los crímenes que cometan y en últimas revela que los funcionarios elegidos por voto popular son solo autoridades de papel que, por complicidad o por miedo, dejan al azar el bienestar de la ciudadanía.