La Policía desmanteló ´La Mansión´, expendio de drogas en Bogotá que funcionaba como centro de tortura de menores
Luego de meses de investigación la Policía logró desmantelar un expendio de drogas en el centro de Bogotá que funcionaba como centro de tortura de menores.
Luego de meses de investigación la Policía logró desmantelar un expendio de drogas en el centro de Bogotá que funcionaba como centro de tortura de menores.
En una vieja casona del centro de Bogotá se torturaban a menores instrumentalizados en el expendio de drogas cuando no cumplían con las cuotas exigidas por cabecillas de bandas dedicadas al microtráfico.
Cuando se desmanteló el tenebroso sector de El Cartucho, que por décadas fue la sucursal del infierno en Bogotá, muchos pensaron que la pesadilla de cuadras enteras de droga, podredumbre y miseria humana había desaparecido estaban equivocados porque se cerró un lugar, pero se abrieron más, no con la extensión del cartucho, pero suficientes para prolongar la degradación humana del consumo de drogas.
La llegada de migrantes venezolanos a la ciudad de Bogotá hizo que florecieran los pagadiario, edificios en los que se cobraba una renta diaria a quien quisiera hacerse a una habitación, pero de la necesidad de unos viven otros, y lo que parecía un inquilino, era en realidad un centro de distribución de droga y un centro de torturas que hacían recordar al infame Cartucho.
Una operación de la Policía Nacional de varios meses en la que agentes infiltrados lograron hacer seguimiento a una estructura criminal permitió desmantelar un pagadiario conocido como La Mansión, una vieja casona en el centro de Bogotá cuya fachada era operar como renta de habitaciones, pero que en realidad era un centro de distribución de droga.
La operación policial permitió determinar que en La Mansión se distribuían drogas, pero lo peor es que se instrumentalizaban niños entre los 12 y 15 años, algunos de ellos hijos de quienes pagaban renta en el pagadiario, algunos cuyos padres también eran distribuidores.
Los menores que tenían problemas con las cuentas diarias de venta de droga, no alcanzaban las cuotas trazadas o consumían parte de la droga que debían distribuir, eran sometidos a castigos, torturas y privación del alimento y la bebida.
La Mansión funcionaba como un centro de operaciones de la banda “Los amarillos”, una poderosa red de microtráfico que comercializaba marihuana, cocaína y bazuco, especialmente en el centro de la capital de la República, en empaques de color amarillo destinando para esa misión a más de 30 expendedores.
La Mansión, casona de paredes de color azul, tiene 3 pisos y 36 habitaciones, algunas destinadas para consumo de drogas de ´clientes´, que se drogaban en frente de niños de 3 años de edad sin ningún sonrojo.
Pesadas puertas de hierro en el primer piso protegían a los vendedores en el interior de la vieja casa, por eso estaban resguardados ante alguna incursión de las autoridades, de manera que la Policía llegó al lugar que ya habían estudiado luego de meses de seguimiento e infiltración entrando por las ventanas y techos de la edificación.
En la operación fueron detenidas 9 personas, se incautaron 2.346 papeletas de clorhidrato de cocaína y sed espera que el lugar deje de funcionar como base de operaciones de bandas de microtráfico.