Política de drogas en Colombia: las claves presentadas por el presidente Petro en la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas

Hace algunas horas, culminó la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas en la que los presidentes Gustavo Petro, de Colombia y Manuel López Obrador de México, tuvieron su intervención para hablar sobre el manejo que se le debe dar al cultivo y consumo de drogas.

En su discurso, Petro habló sobre el fracaso de la guerra contra las drogas y señaló que se debe implementar una nueva política para enfrentar el problema no solo desde lo militar, sino desde lo social. “Esta guerra ha fracasado”, dijo.

En ese sentido, la nueva estrategia planteada por el presidente que se debería aplicar en un periodo de diez años está enfocada en ocho ejes entre los que se destacan temas relacionados con: acciones de transformación de las regiones, de salud pública, de regulación de sustancias y de persecución de grandes organizaciones criminales. 

De acuerdo con el jefe de Estado, esta estrategia tiene como fin reducir para el 2026 90,000 hectáreas de coca de uso ilícito, es decir, una disminución del 43% de la producción de cocaína, según el Gobierno. De estas hectárias, al menos 69,000 se erradicarían de forma voluntaria. 

La idea, según el presidente Petro es que los cultivadores transiten actividades legítimas; sin embargo, otras 23,000 ha tendrían que eliminarse forzosamente debido a que están en manos de organizaciones ilegales. 

La razón por la cual no sería posible ni factible entrar a negociar con este tipo de  organizaciones es la gran pérdida de dinero que les representa entregar sus cultivos ilegales de cocaina, que son de alrededor de 55 y 86 billones de dólares. 

A través de esta nueva política, cerca de 50,000 familias de las casi 115,000 que actualmente dependen del cultivo de coca para mantenerse podrán desarrollar otras actividades económicas rentables durante los tres años de gobierno que le quedan al presidente. 

Los ocho ejes de la estrategia 

De acuerdo con el Ministerio de Justicia, que fue el encargado de construir la nueva política de drogas para Colombia, el primer eje es la transformación territorial bajo un modelo de intervención integral para el tránsito de economías lícitas, el segundo habla de mitigar y corregir los impactos ambientales por la producción ilegal de drogas y de las estrategias para enfrentar el narcotráfico. 

El tercero se trata de brindar atención a la población en condición de vulnerabilidad frente a mercados urbanos de drogas, mientras que el cuarto presenta medidas frente al consumo de sustancias psicoactivas desde el cuidado integral, en la salud pública y los derechos humanos.

Por otra parte, el quinto habla sobre la afectación de los actores estratégicos y del alto valor del sistema del narcotráfico. El sexto está basado en la regulación justa y responsable para avanzar en sus usos terapéuticos, científicos y médicos. 

En séptimo lugar, el documento habla de una transformación para cambiar los imaginarios sobre las drogas promoviendo la información basada en evidencia y por último, el octavo eje, habla sobre promover las nuevas discusiones globales sobre las drogas y revisar las normativas internacionales.