Papa Francisco: La monja rapera que le cantará en Colombia

María Valentina de los Ángeles interpretará la canción ganadora, "Demos el primer paso", un vallenato pop de poco más de cuatro minutos y que incluye una estrofa rapeada.

Foto: AFP
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María Valentina de los Ángeles interpretará la canción ganadora, "Demos el primer paso", un vallenato pop de poco más de cuatro minutos y que incluye una estrofa rapeada.

Usa zapatos deportivos, rapea y ya participó en un reality. Ahora la monja María Valentina de los Ángeles, de 28 años de edad, cumplirá el sueño de cantarle al papa Francisco en su visita a Colombia.

Conocida por su alegría y carisma, esta joven bogotana de piel trigueña y baja estatura colabora con la agrupación musical ganadora de un concurso local que eligió el himno que amenizará el recorrido del papa. 

El "premio" es interpretar la canción ganadora, "Demos el primer paso", un vallenato pop de poco más de cuatro minutos y que incluye una estrofa rapeada, mientras el pontífice argentino se mueve entre la multitud de fieles colombianos.

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La religiosa se hizo conocida en el país luego de participar el año pasado en el reality "A otro nivel", en el que rapeó una canción con tal "naturalidad" que los concertistas de la fraternidad Músicos Católicos Unidos (MCU) la invitaron a componer y cantar una estrofa del tema que resultó elegido a principios de agosto como el ritmo oficial de Francisco en tierras cafeteras.

"Colombia te recibe con los brazos abiertos/ a una sola voz te decimos muy contentos/ bendito sea Dios, que en su sabiduría, te ha traído a nuestras tierras para ser su guía", rapea la monja.

Amante de todos los géneros musicales, si tienen "un contenido bonito y profundo", destaca el espíritu de protesta del rap, el ritmo con raíces negras surgido en Estados Unidos en la década de 1960. 

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"Lo chévere del rap es que se queda muy fácil en la cabeza y cuando tiene la profundidad de una verdad, que es Cristo, pues es más llamativa todavía", afirma.

María Valentina no es una monja tradicional. Dice que por "comodidad" prefiere usar tenis en vez de sandalias. Toca ukelele y en su adolescencia fue guitarrista de rock. 

Además, superó el mal de Nash, una enfermedad hepática que le fue diagnosticada cuando niña y que la obligaba a un trasplante de hígado cuando cumpliera la mayoría de edad. A los 16 años, cuenta, los médicos se sorprendieron porque tras un chequeo rutinario no había rastro de la afección. Atribuyó su sanación a Dios y un año más tarde se convirtió a la vida consagrada, en la que no abandonó su pasión por la música.

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"Mi sueño como música es ser una buena religiosa y hacer música es un segundo (sueño). Quiero grabar más y que la gente más que enamorarse de mi voz, se enamore de Jesús", apuntó.

Además de su reconocimiento como solista, que le permitió grabar un disco titulado "Dime y dame", la religiosa hace parte de la Comunidad de las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial, de la Arquidiócesis de Cali. Esa comunidad surgió tras el pedido de Juan Pablo II a los artistas para que evangelicen a través de sus creaciones.

En la congregación tienen una productora de televisión y un grupo musical, del que hace parte María Valentina, que ha grabado dos producciones discográficas.

AFP