“Hay con quien ganar": Uribe revela lo que se necesita para ganar la presidencia en 2026

A dos años del Gobierno de Gustavo Petro, y a otros dos de las próximas elecciones presidenciales, las diversas fuerzas políticas de Colombia se alistan para competir por la Casa de Nariño y tomar las riendas del país del 2026 al 2030. Entre ellos, el expresidente Álvaro Uribe Vélez ha sido uno de ellos y, durante una reciente visita a Cali, en el Valle del Cauca, reveló lo que se necesita para que la derecha regrese al poder tras el mandato de Petro.

Durante su visita a la capital del Valle del Cauca, el líder Centro Democrático no se aventuró a revelar los candidatos con los que buscará la presidencia; sin embargo, aseguró que si hay opcionados. Entre ellos, desde hace varios meses, se conoce el interés de las senadoras María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, quienes buscan ser la primera mujer en ocupar la jefatura del país.

“Hay con quién ganar en el 26, pero necesitamos una agenda parcial. Recuperar la credibilidad y el afecto en la opinión ciudadana para que la meta final sea ganar”, manifestó Uribe, quien tras ocupar la presidencia por dos periodos entre 2002 y 2010, ha tenido malas experiencias con sus candidatos sucesores. En el primer caso, con Juan Manuel Santos, una amistad que terminó en férrea oposición, y en segundo caso, con Iván Duque, una lejanía que ha sido perceptible desde hace años.

Ahora, de cara al 2026, desde el uribismo se ha hecho una oposición fuerte al primer gobierno progresista de Gustavo Petro, cerrando los caminos de importantes proyectos como la reforma a la salud, entre otros.

                 
En el marco de buscar apoyo para los comicios presidenciales, Uribe se reunió con el polémico concejal Andrés Escobar, recordado por su participación en el paro nacional de 2021 donde habría repelido a los manifestantes con el presunto uso de armadas de fuego. Un actuar que además de las críticas, le significó un gran apoyo de parte de sectores de derecha.

Así, el uribismo buscaría generar votos de parte de quienes han visto en el Gobierno una actitud débil respecto a temas de seguridad y orden público.