Cámara de Representantes aprueba Jurisdicción Especial para la Paz

Después de más de 11 horas de debate, con 84 votos, fue aprobada en plenaria de la Cámara de Representantes la Jurisdicción Especial para la Paz, en la noche de este lunes.

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El Congreso dio el último sí a la columna vertebral del Acuerdo de Paz con el nuevo partido político de las Farc: la ley estatutaria que reglamenta la Jurisdicción Especial de Paz. En tiempo récord, tal y como lo prometió el Gobierno Nacional, la Cámara baja pudo sacar adelante la iniciativa que permitirá juzgar, por medio de un sistema transicional, a los actores involucrados en el conflicto armado. Y ahora les corresponde a los excombatientes, a los terceros civiles y agentes del Estado (si así lo quieren), y a los integrantes de la Fuerza Pública cumplir con su parte: compensar a las víctimas de la guerra.

La JEP y su ley estatutaria pasó su último debate en el Congreso y que se prepara a ir por la etapa de conciliación es, además, el corazón mismo del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición. 

De su viabilidad, depende que se obtenga un verdadero tránsito hacia el denominado posconflicto y hacia la consolidación de una paz estable y duradera. Un objetivo que se ve bastante lejos por cuenta de la lenta implementación con la que se han venido materializando las normas para traer a la realidad lo pactado en La Habana. Además con el problema de las modificaciones introducidas a textos tan importantes como el aprobado, todo indica que este proyecto no será recibido con la aprobación total por parte de la naciente Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.  

En días anteriores, Voces de Paz anunció que no conformaría más en los debates de la JEP por considerar que su espíritu había sido vulnerado y que contrariaba los pactos de la Habana.“Proyecto que se debate no es garantía de verdad y reparación para la reconciliación”. 

El nuevo sistema de justicia transicional programado por 10 años –y cinco más para concluir con su actividad jurisdiccional- es el primer paso para, ahora sí, fortificar la construcción de memoria histórica y garantizar la reinserción plena de quienes decidieron dejar las botas para competir por votos. Este es el eje central de lo pactado es que quienes alguna vez alzaron las armas podrán hacer política sin restricciones.

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