Austria recupera la hegemonía en Garmisch gracias a sus mujeres

Austria recuperó su condición de gran potencia internacional del esquí alpino en los Mundiales de Garmisch-Partenkirchen (Alemania), donde ganó el medallero, gracias, a sus féminas.

La austríaca Anna Fenninger posa con su medalla de oro. Foto: EFE
La austríaca Anna Fenninger posa con su medalla de oro. Foto: EFE

Austria recuperó su condición de gran potencia internacional del esquí alpino en los Mundiales de Garmisch-Partenkirchen (Alemania), donde ganó el medallero, gracias, a sus féminas.

Austria recuperó su condición de gran potencia internacional del esquí alpino en los Mundiales de Garmisch-Partenkirchen (Alemania), donde ganó el medallero, gracias, sobre todo, a sus féminas, que capturaron los cuatro oros, a los que se unieron tres platas y un bronce.

La XLI edición de los Mundiales se cerró hoy con el triunfo del francés Jean-Baptiste Grange en el eslalon, disciplina en la que logró el mayor triunfo para su país en un gran evento desde que Jean-Pierre Vidal y Sebastien Amiez lograran el doblete en los Juegos Olímpicos de Salt Lake City (Utah, EEUU), hace nueve años.

Con su triunfo, Grange logró, además, el segundo puesto para Francia en el medallero (con dos oros, una plata y un bronce), quedando el tercero para Italia (1-2-3).

Pero la triunfadora fue Austria, que, tras encabezar el medallero de los seis Mundiales anteriores -los de Vail'99 (EEUU), Sankt Anton'01 (Austria), St.Moritz'03 (Suiza), Bormio'05 (Italia) y Are'07 (Suecia)-, tuvo que ceder el honor a Suiza -la gran derrotada en Garmisch- en los de Val d'Isere (Francia), hace dos años.

Con el esquí como deporte rey, Austria había sufrido, además, una de sus mayores afrentas en los Juegos de Vancouver (Canadá), donde, por primera vez en la historia olímpica, sus hombres no capturaron medalla. El honor patrio lo salvaron esa vez el oro de Andrea Fischbacher en el 'súper' y los dos bronces de Elisabeth Goergl.

Las aguas volvieron a su cauce en Garmisch, donde, a los 30 años, reinó Goergl, con dos títulos, descenso y supergigante, con los que emuló las proezas de sus paisanas Alexandra Meissnitzer, que ganó las dos pruebas de velocidad en los Mundiales de Vail'99, y Michael Dorfmeister, que lo hizo en los Juegos de Turín'06 (Italia).

Añadidos a los oros de Anna Fenninger en supercombinada y Marlies Schild -que encabezó un doblete con Kathrin Zettel- en eslalon, colocaron al frente del medallero del Mundial de Garmisch a Austria, que en hombres capturó plata en supergigante gracias a Hannes Reichelt y bronce en el gigante, merced a Phillip Schoerghofer.

Austria dominó gracias a sus mujeres, pero se debe reseñar que su equipo masculino había quedado muy mermado debido a las lesiones. Poco antes de los campeonatos se lesionaron Hans Grugger -gravemente accidentado en el entrenamiento para el descenso de Kitzbuehel-, Mario Scheiber, Georg Streitberger y Marcel Hirscher. Y durante los mismos, en la prueba por equipos, se 'cayó' Benjamin Raich, el novio de Marlies Schild, que junto a Hirscher era favorito en el eslalon.

Si Goergl fue la reina de Garmisch, su dama de honor fue la bella Tina Maze, que ganó el gigante y logró plata en combinada para Eslovenia. Ambas relegaron a un segundo plano a las dos grandes dominadoras del circuito: Maria Riesch, que esquiaba en casa, y la estadounidense Lindsey Vonn.

Vonn sufrió una conmoción cerebral días antes del Mundial, cuando entrenaba en Hinterreit (Austria), lo que afectó su puesta en escena, que bastó, no obstante, para una plata en descenso. Riesch, su gran amiga y rival -nacida en Garmisch- estuvo tocada por la gripe, pero se llevó dos bronces: en supergigante y en descenso.

Francia fue segunda en el medallero gracias al oro de Grange y al logrado en la prueba por equipos, en la que derrotó en la final a Austria. E Italia fue tercera, sobre todo, gracias a Christoph Innerhofer, oro en 'súper' y que salió con un trofeo de cada metal de la estación que albergó los Juegos de invierno de 1936, utilizados, al igual que los de Berlín unos meses después, como propaganda del régimen nazi de Adolf Hitler.

Erik Guay salvó el honor de Canadá y resucitó la memoria de los 'crazy canucks' al ganar la prueba reina, el descenso, en el que el 'abuelo' Didier Cuche, el más veterano en ganar una prueba de la Copa del Mundo -con 36 años y 166 días-, capturó la única medalla para Suiza, que bajó del primer puesto de Val d'Isere al noveno.

Croacia, que esperaba mayor botín, se fue con el bronce en la prueba mixta de Ivica Kostelic, líder general de la Copa del Mundo.

Bode Miller, atracción de todo gran evento, se marchó sin trofeos, pero Ted Ligety ganó el gigante y Estados Unidos acabó cuarta, gracias también a las platas de las mediáticas Vonn (descenso) y Julia Mancuso (supergigante), cuyo buen amigo Aksel Lund Svindal salvó el honor de Noruega al ganar la supercombinada. EFE

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