La cadena de oro de Marcela Reyes que apoya los sueños musicales de su hijo

Marcela Reyes sorprendió a su hijo Valentino con una cadena de oro que no solo deslumbra por su precio, sino por lo que representa: la materialización del sueño de él de convertirse en DJ. Este regalo refleja más que lujo; es un símbolo de apoyo y motivación en el camino artístico que ambos comparten.

En sus historias de Instagram, la DJ paisa mostró el momento en el que le entrega la pieza a Valentino. El dije, con diamantes en forma de audífonos y la inscripción “DJ Valentino”, no es un simple accesorio: es una invitación a creer en su talento y un recordatorio constante de que su mamá está ahí para él, incluso cuando su vida profesional exige mucho.

Cabe recordar que Marcela por su profesión tiene que viajar y puede pasar días fuera de casa sin poder ver a su pequeño hijo, por eso para ella es importante hacerle saber que aunque en algunos momentos no pueda estar ella lo apoya en sus sueños y en sus redes sociales siempre se ha mostrado como una madre con una relación muy cercana a su hijo.

Ser madre y trabajar sin renunciar al vínculo

Para Marcela, este detalle no vino “de capricho”. Después de jornadas agotadoras, decidió dedicar un momento significativo para su hijo, demostrando que su ambición musical viene de la mano con el cariño de madre. Con esa cadena, ella no solo celebra lo que él ya es, sino lo que puede llegar a ser.

Su papel como madre no ha sido fácil: en varias entrevistas ha confesado que a veces se pierde momentos clave de la infancia de Valentino por su apretada agenda.  Detalles como este regalo, entonces, se convierten en ventanas emocionales donde su amor se ve, se siente y se celebra.

Un camino musical compartido

El vínculo entre Marcela y Valentino ha ido más allá de lo familiar, él ya ha dado pasos en el mundo de la música. Con apenas 7 años, hizo su debut como DJ en importantes premios, compartiendo escenario con su madre. 

Ese gesto con la cadena es, en realidad, una forma tangible de reconocer ese talento incipiente y de empujarlo a seguir explorando su pasión. No se trata solo de un regalo para el presente, sino de una semilla para el futuro.