Símbolo sexual de antaño cree que la parte buena de la COVID-19 es que regula la superpoblación

Brigitte Bardot, modelo y actriz francesa, conocida como un auténtico símbolo sexual en los años sesenta pronunció unas declaraciones que muchos han tildado de irresponsables, racistas y diferentes apelativos que nada tiene que ver con la noción de lo acertado.

Quien fuera una de las más mujeres más codiciadas de antaño se ha caracterizado en los últimos años por pronunciar declaraciones polémicas y también por adoptar posturas similares frente a variados temas, como, por ejemplo, salir en defensa de los cineastas acusados de abusos por parte de actrices y también actores.

La mujer de 86 años es una defensora de los derechos de los animales desde 1986 en una fundación que lleva su nombre y en los últimos días encendió una polémica por considerar que la parte buena de la COVID-19 es que contribuirá a reducir los niveles de superpoblación en el planeta.

La protagonista de recordadas películas como “Y Dios creó a la mujer” y “¡Viva María!” fue considerada un símbolo sexual de la época, aunque no alcanzó el máximo estrellato porque su incursión en el cine de Hollywood no fue acertada debido a sus limitaciones con el idioma inglés.

Las posturas de esta actriz han ocasionado debate, en diferentes ocasiones ha mostrado posiciones y consideraciones racistas con declaraciones en contra de los musulmanes y del Islam, también se considera que sus palabras en diferentes oportunidades son una abierta incitación al odio racial.

Cuando un periodista le preguntó acerca de la COVID-19, ella respondió la pregunta con otra diciendo ¿me preguntas si este virus es bueno?, sí, es una especie de regulación de una superpoblación que no podemos controlar.

La exactriz, quien se encuentra viviendo sola en su mansión en Francia no siente temor del contagio de la COVID-19 debido a que no ve a nadie y según ella, las cabras no la pueden contagiar.

Las declaraciones de Bardot en los últimos años han dado de qué hablar, hace unas décadas escribió un libro en el que se le condenaba su marcado odio hacia los musulmanes, y por esta razón podía ir a prisión, a lo que ella respondió que ir a la cárcel sería divertido.

En otra oportunidad dijo que solo hasta que 5.000 millones de personas hayan desaparecido de la tierra, la naturaleza recuperará sus derechos.