Minnesota se sacude por redadas de ICE tras discurso del presidente Trump

Las comunidades de inmigrantes en Estados Unidos viven horas de tensión tras el anuncio de un megaoperativo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el área de Minneapolis–St. Paul. La medida se produjo pocos días después de que el presidente Donald Trump arremetiera contra la comunidad somalí residente en esa región, utilizando un discurso cargado de señalamientos y tintes xenófobos.

De acuerdo con varias fuentes federales consultadas por medios como WRAL News y The Washington Post, ICE estaría preparando un operativo focalizado exclusivamente en inmigrantes somalíes que viven en las Twin Cities.

 Según estos reportes, la operación apuntaría principalmente a personas con órdenes definitivas de deportación y se ejecutaría en los próximos días con equipos especializados de alto nivel. Un funcionario federal, que habló bajo condición de anonimato, describió la ofensiva como “una acción altamente planificada”.

Un discurso que encendió las alarmas

El operativo no surge en un vacío. En los últimos días, el presidente Donald Trump lanzó fuertes declaraciones contra los somalíes en Estados Unidos, asegurando que “no contribuyen nada” al país y empleando un lenguaje despectivo hacia la comunidad. Sus palabras generaron una oleada de rechazo entre líderes sociales, religiosos y defensores de los derechos civiles, quienes advierten que este tipo de discursos alimenta el estigma y la criminalización colectiva.

“Cuando una persona comete un error, se responsabiliza a toda la comunidad”, señaló un portavoz somalí en declaraciones recogidas por The Washington Post, insistiendo en que el clima actual incrementa la sensación de riesgo permanente.

Reacciones desde lo local

El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, aseguró que la ciudad “está con la comunidad somalí” y reiteró que la policía local no participará en las redadas, ni colaborara con ICE. En la misma línea, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, calificó el operativo como “una maniobra de relaciones públicas” y advirtió que las persecuciones masivas no solucionarán los problemas estructurales del sistema migratorio.

Mientras tanto, el temor se ha extendido por barrios, negocios y mezquitas. Muchos somalíes aseguran revisar constantemente sus documentos, evitar desplazamientos nocturnos y suspender reuniones comunitarias por miedo a ser detenidos.

Organizaciones de derechos humanos alertan que la operación no solo busca ejecutar deportaciones, sino enviar un mensaje intimidante que podría disuadir denuncias de abusos y afectar profundamente la vida social de comunidades ya vulnerables.