Polémica en Idaho: bar se convierte en aliado de ICE a cambio de likes y cerveza

Una nueva controversia sacude a la comunidad migrante en Estados Unidos luego de que un bar en Idaho decidiera ofrecer un mes de cerveza gratis a quienes colaboren con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) entregando información que condujera a la deportación de personas indocumentadas. La iniciativa, que rápidamente escaló en redes sociales, desató un debate nacional sobre discriminación contra migrantes.

El establecimiento, Old State Saloon, publicó abiertamente que entregaría cerveza sin costo por un mes a cualquier persona que suministrara datos útiles a ICE: fotografías, videos, fechas, horas o cualquier evidencia que facilitara identificar a migrantes indocumentados. Incluso ofrecía extender el beneficio por “varios meses” si el informante contribuía a múltiples deportaciones, según informó Newsweek. No se aclaró ningún protocolo de verificación, lo que generó preocupación inmediata por la posibilidad de denuncias falsas.

La propuesta tomó fuerza cuando el propio Departamento de Seguridad Nacional (DHS) compartió la publicación, amplificando su alcance. En cuestión de horas, la iniciativa se había convertido en tendencia nacional.

Una campaña provocadora

Mark Fitzpatrick, dueño del bar, es conocido por impulsar campañas provocadoras. En 2024, su negocio ya había sido objeto de críticas por promover el llamado “Heterosexual Awesomeness Month”, una celebración del orgullo heterosexual como aparente respuesta al mes del Orgullo LGBTQ+.

De acuerdo con el medio Newsweek, al menos un cliente ya habría reclamado el beneficio. Se trata de Ryan Spoon, vicepresidente del Comité Republicano del condado de Ada, quien aseguró haber recibido una cerveza gratis tras entregar información a ICE que derivó en una deportación. El gesto fue celebrado por sectores conservadores, incluidos influencers que calificaron la campaña como “una idea increíble”.

Una ola de críticas y cuestionamientos

Diferentes organizaciones proinmigrantes, defensores de derechos humanos e incluso empresarios locales cuestionaron la iniciativa, advirtiendo que incentiva la persecución, fomenta el miedo y puede convertirse en un caldo de cultivo para acusaciones infundadas. Pese a la avalancha de críticas y llamados al boicot, Old State Saloon no ha ofrecido un pronunciamiento oficial y continúa recibiendo reseñas divididas.

La polémica evidencia cómo un negocio local puede transformarse en un mecanismo de presión social y política. Al intercambiar cerveza por denuncias, lo que parecía una ocurrencia provocadora se convierte en un símbolo de degradación ética que, bajo la excusa de la ley, promueve hostigamiento, exclusión y temor entre comunidades vulnerables.