Duelos en la final de la Copa Sudamericana

Pero si hay una posición en el fútbol en la que es vital el conocimiento mutuo, la comprensión y la complicidad, como sucede en los matrimonios, es en la de defensa central.

Y los equipos finalistas de la VI edición de la Copa Sudamericana, el Arsenal y el América, tienen en un colombiano y un argentino, y en un mexicano y un chileno a dos 'matrimonios' unidos para dar auténtica guerra a sus enemigos: los malos de su película, es decir, los atacantes del otro equipo.

Así aparecen partido tras partido en la zaga del Arsenal Jossimar Mosquera y Aníbal Matellán, y en la retaguardia del América Duilio Davino y Óscar Rojas,

Por los lados del equipo de la localidad bonaerense de Sarandí, el colombiano Mosquera, de 25 años, y el argentino Matellán, de 30, se han convertido en una de las parejas de centrales más sólidas de la Copa Sudamericana y del torneo argentino en la actualidad.

Y esta relación futbolística se fundó como aquellas sentimentales en las que el amor aflora a primera vista.

Los dos jugadores llegaron a reforzar la defensa de Arsenal a mediados de este año y desde su arribo no han soltado la titularidad en el equipo que dirige Gustavo Alfaro.

Mosquera ha sido titular, ha marcado un gol (frente a San Lorenzo en el juego de vuelta de la primera fase) y ha jugado todos los minutos en los ocho partidos de Arsenal en la Copa Sudamericana, mientras que Matellán ha estado presente en siete de los encuentros.

El colombiano, proveniente del Estudiantes de la Plata, y Matellán, que venía de pasar un par de temporadas en el Nastic de Tarragona español, son en gran parte los responsables para que el Arsenal esté en la final de la Copa y de que su equipo sólo haya recibido un gol en los últimos cuatro partidos de este certamen.

Sus grandes virtudes son el juego aéreo y la simpleza con la que salen jugando el balón desde su propio campo. Y como en todo matrimonio hay complemento, esta no es la excepción, pues Mosquera es más rápido que Matellán, pero este último aporta su voz de experiencia y amplio recorrido.

La otra pareja de defensores centrales que llega a la final del torneo, la del América, la componen el mexicano Duilio Davino y el chileno Ricardo Rojas, por cuya gran experiencia el argentino Daniel Brailovsky no dudó en darles su "bendición" desde su llegada al banco de las "Águilas", el pasado 10 de octubre.

Davino, de 31 años, es ya un histórico del club, pues se encuentra en el nido de las "Águilas" hace diez temporadas y gracias a sus condiciones fue convocado a la selección mexicana que jugó en el Mundial de Francia'98.

En la Copa Sudamericana 2007 ha jugado todos los partidos y, además, anotó un gol en la victoria del encuentro de ida en los cuartos de final contra el Vasco da Gama brasileño.

Su socio en la zaga, el chileno Rojas ha participado en cinco de los seis encuentros del América y ha mostrado una gran regularidad. De hecho, en el único partido que no jugó, frente al Pachuca en el partido de vuelta de la primera fase, su equipo cayó 0-2.

Con 33 años de vida y 17 como profesional, Rojas carga un currículo envidiable.

En su país jugó en Deportes la Serena, Unión Española y Universidad de Chile. Regresó al América, club en el que ya había estado durante tres temporadas (2001-2004) y, junto a Davino, han respaldado la gran labor que cumple el joven y brillante arquero Guillermo Ochoa.

Aunque no se destacan por su velocidad, Davino y Rojas tienen un gran sentido de ubicación en el campo, así como derroche físico y envidiable capacidad de liderazgo, características obligadas para garantizar el éxito su posición.

A esta dos parejas las unió el amor, pero no la del uno por el otro, sino por el fútbol. Y ahora, a pocas horas de jugar el partido de ida de la final, renuevan sus votos con la fe puesta en la conquista de un título inédito para ellos y sus respectivos equipos. EFE