Brasil se paseó en el mundial de México 70. Pelé levantó su tercera copa del mundo.

El de 1970 fue un mundial para América Latina. Desde su sede, México hasta sus figuras, Teófilo Cubillas de Perú, nombrado por la FIFA como el mejor jugador del evento o Ladislao Mazurkiewicz, ganador del premio al mejor portero de la copa. Sin embargo, la selección que se robó el show, sin ningún lugar a dudas, fue la selección de Brasil, dirigida por el gran Mario Lobo Zagallo.

Por Sudamérica clasificaron Brasil, Perú y Uruguay que, junto a México, serían los representantes del continente americano. México quedó en el grupo 1 y clasificó a cuartos, donde resultó eliminada frente a Italia, por 4 – 1. Uruguay también lograría la calsificación a cuartos, en segundo lugar del grupo 2 y allí se impuso por la mínima frente a la Unión Soviética en tiempo extra. Sin embargo no pudo pasar de semifinales, donde se encontró con Brasil.

Perú, por su parte, llegó también hasta la segunda ronda siendo víctima, al igual que Uruguay, de la Canarinha. Aquel partido terminó 4 por 2, con una notable actuación del legendario Teófilo Cubillas, a la postre considerado el mejor jugador peruano de la historia.

Brasil, por su parte, se impuso en el grupo 3, donde enfrentó a Inglaterra, Rumania y Checoslovaquia. Para los de Zagallo, todo empezó el 3 de junio de 1970, en Jalisco, justamente frente a Checoslovaquia. La sorpresa fue grande cuando, los europeos, abrieron el marcador a través de Petras, a los 11 minutos. Sin embargo, Rivelino al 24, Pelé al 59 y Jairzinho en dos ocasiones (61 y 83), tranquilizaron a los auriverdes, dejando un contundente 4 – 1.

Siguió Inglaterra. Esto ocurrió en el mismo estadio, el 7 de junio. En un partido disputadísimo, Jairzinho logra anotar para dejar el encuentro 1 – 0. Brasil hacía 4 puntos y empezaba a acercarse a la clasificación. Cerró la fase de grupos contra Rumania, el 10 de junio. El encuentro, vibrante, tuvo 5 goles, siendo el primero de Pelé, al 19. Jairzinho puso el segundo apenas 3 minutos después y Rumania descontó al 34 gracias a Florea Dumitrache.

Pelé volvió a marcar al minuto 67, poniendo el encuentro 3 – 1 y Emerick Dembrowski descontó una vez más para los rumanos, a 6 del final. De esta forma, invicta y habiendo concedido solo 3 goles, Brasil llegaba a la segunda ronda; en esa época, los cuartos de final. El rival, era el segundo del grupo 4. Eran los primeros ladrillos de una de las mejores selecciones de Perú de la historia.

La casa fue, de nuevo, el estadio de Jalisco, el 14 de junio de 1970. Rivelino a los 11 y Tostao a los 15, pusieron a Brasil arriba, 2 – 0. Félix Gallardo descontó al 28 y Tostao volvió a anotar para Brasil; Teófilo Cubillas apretó el marcador 3 – 2 y Jairzinho puso el definitivo 4 – 2. De esta forma, nuevamente tras una exhibición de calidad, Brasil se metió en semifinales, donde recibiría a Uruguay.

También en Jalisco, el 17 de junio, Uruguay asustó a los brasileros, con un gol de Luis Alberto Cubilla, apenas a los 19 minutos. Sin embargo, los dirigidos por Zagallo voltearon el marcador con goles de Clodoaldo al 44, Jairzinho al 76 y Rivelino al 89. De esta forma, la Canarinha se metía en su tercera final de Copa del Mundo.

El rival de los brasileros salía del choque entre Alemania e Italia, jugado el 20 de junio y considerado por muchos como el Partido del Siglo. Italia se impuso con goles de Boninsegna, Burgnich, Riva y Rivera. Por Almenia marcaron Karl-Heinz Schellinger y Ger Müller en dos ocasiones. Esto ocurrió en el estadio Azteca y hay una placa que conmemora el evento.

La final se jugó en el mítico estadio Azteca, el domingo 21 de junio de 1970; día del padre en territorio colombiano. El marcador lo abrió Pelé, al minuto 18 y lo empató Boninsegna al 37. Gerson puso a ganar a Brasil al 66 y Jairzinho alejó a los brasileros al 71. Finalmente, sobre el 86, Carlos Alberto dejaría el encuentro 4 – 1, para consagrar a uno de los más grandes equipos de toda la historia de este deporte. Un Pelé maduro, de 30 años, había comandado a su selección a ganar el tercer campeonato mundial de su historia, también el tercero del jugador, una marca que aún continúa sin ser batida.