El Fortín sigue invicto en la Supercopa y sueña con alcanzar a los grandes

La noche rosarina dejó un nuevo capítulo en la historia de Vélez Sarsfield. En el Gigante de Arroyito, el equipo de Guillermo Barros Schelotto derrotó 2-0 a Central Córdoba y se quedó con la Supercopa Argentina 2024. El héroe inesperado fue Jano Gordon, un juvenil de 21 años que, con dos cabezazos, desató la fiesta de los hinchas velezanos y escribió su nombre en letras doradas.

Para Vélez, este trofeo no es uno más. Representa la confirmación de un momento positivo que se viene gestando desde hace meses. Hace poco más de 60 días había levantado la Supercopa Internacional frente a Estudiantes, y ahora volvió a repetir la hazaña, demostrando que atraviesa una etapa de madurez y confianza que lo acerca cada vez más al lote de los clubes grandes.

Con esta conquista, el Fortín alcanzó los 19 títulos oficiales y se consolida como el sexto equipo más ganador del país. Superó a Huracán y se puso a la altura de instituciones históricas como Estudiantes o San Lorenzo, aunque aún a distancia de Boca (74), River (72), Independiente (45) y Racing (40). En el plano estrictamente local, Vélez suma 14 coronaciones, lo que le permitió escalar un puesto en el ranking histórico.

El recorrido de la Supercopa Argentina también guarda un detalle curioso: Vélez mantiene un invicto perfecto en esta competencia. En 2013 se llevó el título frente a Arsenal en San Luis, y más de una década después volvió a consagrarse en la segunda final que disputa. Dos jugadas, dos éxitos, un registro que lo transforma en un especialista de esta copa.

El presente de Vélez se sostiene en una mezcla interesante: la experiencia de Barros Schelotto, que parece haberle dado al grupo la mística competitiva que faltaba, y la frescura de los juveniles que no se intimidan en escenarios decisivos. Gordon es el caso más reciente, pero detrás de él se perfila toda una camada con hambre de gloria.

El horizonte, sin embargo, plantea nuevos desafíos. El Fortín buscará sostener esta racha en los torneos que restan y, sobre todo, mantener su lugar entre los protagonistas del fútbol argentino. La hinchada, ilusionada con este presente, ya empieza a soñar con un futuro donde Vélez no solo se arrime a los grandes, sino que los empiece a incomodar.