Borussia Dortmund, entre los sueños y el peso de la ensaladera
De fiesta tras coronarse campeón alemán tras nueve años de ayuno, pero, al lado de los sueños que empiezan a surgir sobre las de marcar una época en la Bundesliga.

De fiesta tras coronarse campeón alemán tras nueve años de ayuno, pero, al lado de los sueños que empiezan a surgir sobre las de marcar una época en la Bundesliga.
El Borussia Dortmund está de fiesta, tras coronarse campeón alemán tras nueve años de ayuno, pero, al lado de los sueños que empiezan a surgir sobre las posibilidades de marcar una época en la Bundesliga con un equipo joven y ambicioso, empezará a sentir también el peso del título sobre los hombros.
Los primeros temores, el que el equipo fuera a ser desmantelado por el atractivo que pueden generar los jugadores en clubes de más recurso, parece conjurado. De los jugadores claves de esta temporada, sólo Nuri Sahín, con su fichaje por el Real Madrid, parece haber optado por buscar otros horizontes.
Sahin era también el único jugador ante el que la directiva nada podía hacer por la cláusula de rescisión que había en su contrato. Los otros parecen atados y sin intenciones de marcharse.
El equipo, si se atiene al promedio de edad que en muchos partidos estuvo por debajo de los 24 años, tiene futuro. Sin embargo, queda la pregunta acerca de si los jugadores seguirá siendo los mismos con el peso del título al hombro y con las expectativas que éste genera.
La historia reciente de la Bundesliga muestra lo que pesa el título. Desde 2006, cuando el Bayern logró defender el título con Felix Magath en el banquillo, ningún equipo ha logrado coronarse campeón en dos temporadas consecutivas.
El Wolfsburgo y el Stuttgart, tras coronarse campeones en el 2007 y el 2009 respectivamente, han vivido épocas difíciles y este año estuvieron incluso luchando contra el descenso. El propio Borussia Dortmund, tras su último título logrado en 2002, se vio expuesto a una situación económica difícil que lo llevó al borde de la suspensión de pagos.
Ahora, tras el título de 2011, es improbable que surjan problemas económicos semejantes a los de entonces. El equipo actual ha sido formado sin grandes desembolsos, echando mano ante todo de la cantera -casos de Mario Götze o el propio Sahin- y de aciertos en fichajes a precios bajos, como el del japonés Shinji Kagawa, que costó 300.000 euros.
Otros fichajes claramente más costosos, Lucas Barrios y Robert Lewandowski, por ejemplo, se mantienen en un marco de sensatez dentro de una gestión que sigue teniendo como uno de sus principales objetivos la consolidación económica.
Sin embargo, las limitaciones del presupuesto -en parte autoimpuestas, el club piensa invertir los ingresos adicionales ante todo en seguir reduciendo la deuda- hace más difícil reforzar el equipo para cumplir con las nuevas expectativas.
La marcha de Sahin -el eje del equipo en esta temporada- hubiera exigido buscar un mediocentro de quilates, del nivel de los mejores en la posición en Europa o al menos en Alemania. El club, fiel a su filosofía, ha preferido apostar por la promesa, Ilkay Gündogan. y a la vez advertir que un solo jugador no podrá reemplazar al cien por cien a Sahin y que en cierto sentido tendrá que introducir cambios en su juego.
La meta de la próxima temporada, normalmente, debería siendo las mismas con la que empezó la actual -buscar un puesto en la Liga Europa- pero las expectativas de la afición son otras. Y además está el reto que implica jugar la Liga de Campeones.
Todo eso permite pronosticar que el Dortmund le espera una temporada difícil en la que muchos jugadores tendrán que refrendar lo que mostraron en la que acaba de terminar.
Pese a los contratos vigentes, es posible que los cantos de sirena de los ojeadores de muchos clubes europeos de élite hagan perder el equilibrio a más de uno.
Sobre todo, si empieza a haber reveses deportivos y el Dortmund deja de ser, como lo fue en esta temporada, el equipo al que todos elogiaban en Alemania que obtuvo un título que muchos calificaron como el más justo de la historia de la Bundesliga.
El Bayern, además, iniciará la próxima temporada empeñado en mostrar que lo que ha pasado en ésta no fue más que un accidente. Desde 1996 -cuando el Dortmund retuvo el título- ningún equipo en Alemania diferente al Bayern ha logrado ser campeón en dos temporadas consecutivas. EFE