Pelé fue expulsado tres veces en la vida y la más famosa fue en Colombia. Esta es la historia

Esta historia tuvo lugar el miércoles 17 de julio de 1968. El escenario fue el estadio El Campín, de la ciudad de Bogotá. Si bien los protagonistas, realmente, fueron otros, en principio iban a ser el club brasilero Santos, que viajó a Bogotá para enfrentar, de manera amistosa, a la Selección Olímpica de Colombia que se preparaba para encarar los juegos olímpicos de ese año, que se realizarían en México, entre el 12 y el 27 de octubre.

El encuentro fue de todo; menos amistoso. En un Campín totalmente lleno, Colombia empezó ganando el encuentro con anotación de Alfredo Arango, apenas a los 3 minutos de juego. José Manuel Ramos Delgado, defensa central argentino al servicio del peixe protestó un fuera de lugar que Guillermo Velásquez Ramírez desestimó. El defensa fue a hablar con su capitán, Antonio Lima dos Santos, pidiéndole que convenciera al árbitro de la nulidad del gol.

Este, sin pensarlo, fue contra el árbitro pereirano a quien golpeó fuertemente, provocando la respuesta del juez, que había sido boxeador aficionado años atrás. Tras la expulsión del jugador brasilero, el partido continuó medianamente normal, hasta unos minutos antes de terminar el primer tiempo.

En un cobro de esquina que encontró la cabeza de ‘O Rei’, el jugador de Tres Corazones reclamó una falta de Luis Eduardo Soto en el área, pidiendo un penalti que ‘el chato’ Velásquez no dio. Una lluvia de improperios cayó sobre el juez que en días anteriores había pitado en un torneo amistoso en Leticia, capital del departamento de Amazonas donde, dice él, aprendió todas las groserías en portugués, razón por la que procedió a expulsar al astro brasilero, sin dudarlo.

Así, en una época en que no había tarjetas, que fueron implementadas hasta el mundial de México, dos años después, el árbitro le señaló el camino a las duchas a uno de los futbolistas más grandes de la historia. Y, aunque Pelé acató la orden de expulsión, en este momento se desató el infierno en el coloso de la 57. “De una delegación de 28 personas, 26 me pegaron. Los únicos que no lo hicieron fueron el médico y Pelé”, comentó años después el réferi pereirano.

Entonces tuvo lugar la escena más extraña de esta historia: los dirigentes de la Federación Colombiana de Fútbol, en cabeza de Alfonso Senior Quevedo, decidieron restituir a Pelé al juego y ¡expulsar al árbitro! Así, con uno de los jueces de línea “ascendido” a central y uno de los directivos haciendo el papel de juez de línea, continuó el encuentro que, al final se sellaría con victoria para los brasileros, por 4 – 2.

La historia no terminó ahí, pues el expulsado Velásquez, al salir del campo, se dirigió a una comisaría cercana y, frente a los otros jueces, demandó a la delegación brasilera, por lo ocurrido en el Campín. La historia se cerró con un pago de 18 mil pesos colombianos de la época para el árbitro, una disculpa escrita y un apretón de manos entre jugador y central.

Los dos irían a México a jugarse su propio mundial. El uno saldría campeón y el otro impartiría justicia en el llamado Partido del Siglo, entre Alemania e Italia. Se volvieron a encontrar en un partido de exhibición en Miami, con un Pelé ya cercano al retiro en el Cosmos de Nueva York. En esa oportunidad ‘O Rei’ le quitó la tarjeta roja al árbitro para guardarla de recuerdo. Hoy, cinco años después del fallecimiento de ‘el chato’, seguramente se volvieron a encontrar…