Un mundial lleno de polémicas: Catar y los problemas de la FIFA

El mundial que está a pocos días de empezar no ha estado libre de polémicas y ha pasado a la historia como uno de los que más recelo ha producido en protagonistas y entorno del evento deportivo. Su concepción, en la asamblea de 2014 que se realizó en Brasil, estuvo llena de interrogantes que, poco a poco, se han ido despejando y han dejado en el aire un olor no muy agradable. Dirigentes de la FIFA en la cárcel, explotación de inmigrantes y muertes de trabajadores, son apenas algunos ingredientes de un cóctel que podría estallar el próximo 20 de noviembre.

Catar, el pequeño país árabe donde se llevará a cabo el mundial de fútbol, es una monarquía absoluta. En términos castizos, quiere decir que no hay más autoridad que el Emir, personaje en quien recaen todos los poderes del estado. El emir de Catar es, a final de cuentas, Tamim bin Hamad Althani. Si el apellido “Althani” suena, ya sabrán por dónde va el agua…

La familia Althani mantiene una empresa de carácter estatal, en forma de Fondo Soberano de Inversión. Esta empresa es Qatar Investment Authority; una empresa de carácter estatal, fundada en el año 2005 y que se encarga de toda la inversión local e internacional del pequeño país de Asia menor. Las inversiones del fondo son diversas y van desde los bienes raíces hasta los deportes, pasando por, incluso, el entretenimiento.

Justo en esta rama, está la que podría ser la inversión más conocida de la familia Althani: el equipo más importante de Francia, el Paris Saint-Germain; hogar de Mbappé, Neymar, Messi, entre otros. Ya metidos en el campo del fútbol, Catar empezó a sonar con un poco más de fuerza, durante el mundial que se llevó a cabo en Brasil. En esta época se realizó la asamblea donde, según Joseph Blatter, ex presidente de la FIFA, máximo ente rector del fútbol, la idea era asignar el mundial a Rusia primero y a Estados Unidos después, “como un gesto de paz”.

Sin embargo, según el mismo ex dirigente, Michel Platini, ex jugador francés y presidente de la UEFA en 2014, cambió su voto para favorecer a Catar, luego de la presión del ex presidente Nicolas Sarkozy, para que favoreciera al pequeño país asiático. En 2015, luego de largas y serias investigaciones, Blatter, Platini y varios dirigentes más, fueron capturados y acusados, entre otros delitos, de soborno por lo que quedó en el aire que la elección de Catar como sede de un mundial, fue, palabras más palabras menos, comprada por la familia Althani.

Sin embargo, las polémicas no se limitaron a la sola elección del país como anfitriona. Recientemente la ONG Equidem, de origen británico, denunció en varias oportunidades los malos tratos a los que fueron sometidos miles de trabajadores inmigrantes que estuvieron involucrados en la construcción de los estadios para el mundial. Entre ellos más de 4 mil trabajadores que perecieron durante la construcción de estos, debido a las malas condiciones en que los mantenían.

En protesta a ello, la selección de Dinamarca decidió protestar, dejando un mensaje a favor de los derechos humanos en sus camisetas de entrenamiento y usando una camiseta negra como alternativa, en recuerdo de los trabajadores muertos. Sin embargo la FIFA les prohibió dicha protesta, amparándose en que no es viable la emisión de mensajes de carácter político.

Así pues, sumando las polémicas prohibiciones que han lanzado a mujeres, homosexuales y otras minorías sociales, el mundial que está próximo a iniciar, será uno, o quizá el que más polémicas ha levantado, desde su concepción, el círculo alrededor de su gestación y sus particulares restricciones.