Liga BetPlay: Nacional vs. Junior en 2004. Una final que causó un ‘yeyo’ en más de un hincha

La máquina del tiempo, en esta tarde de viernes, nos lleva al miércoles 15 de diciembre de 2004. Es decir, por estos días, pero de hace 20 años. Aquel extraño curso en el que el Porto se quedó con la Liga de Campeones, Grecia fue campeón de la Euro y Once Caldas se había impuesto al encopetado Boca Juniors, en la final de la Copa Libertadores.

Aquel 15 de diciembre, en el Metropolitano Roberto Meléndez, se enfrentaron Atlético Nacional y Junior de Barranquilla. Era el primero de los dos partidos que componían la gran final de la Copa Mustang de ese año. El verdolaga llegaba como uno de los mejores equipos del año, siendo finalista en los dos torneos y Junior como el mejor equipo de la fase de cuadrangulares.

El tiburón sorprendió aquella tarde al verdolaga y lo venció por 3 a 0, con goles de Leonardo Rojano, Hayder Palacio y Roberto Peñaloza. Todo parecía encaminado para un nuevo título rojiblanco, pero aún faltaba el partido de vuelta. Aquel que cerraría el campeonato y que tendría lugar en el Atanasio Girardot, allá donde, en unos días, también terminará el torneo, en su edición de 2024.

Esto fue el domingo siguiente a la victoria por goleada del equipo dirigido por Miguel Ángel ‘zurdo’ López. En la tribuna los hinchas jugaban a las cartas y esperaban el inicio de un juego en el que estaban 3 goles por debajo. Los de Juan José Peláez, sin embargo, saldrían a por todo, para intentar arrebatarle el título al equipo de Barranquilla. Y, entonces, arrancaría el ‘rosario de goles’.

Edixon Perea abrió el marcador para el verde a los 16 minutos y, 5 minutos después, Aquivaldo Mosquera anotaba el segundo. Al 39, Martín Arzuaga descontaba y mantenía la ilusión pero, al 59, Mosquera volvía a alargar la distancia. Al 63, Carlos Díaz empató la serie y 5 minutos después, Héctor Hurtado le daba el título al verdolaga.

Fueron 20 minutos de tensión en Medellín, en los que Nacional se montaba en lo más alto del campeonato pero, al 88, Walter Ribonetto puso a celebrar a los de curramba, con un gol agónico que igualaba la serie. Así se fue el juego a los penaltis y allí, por marcador 5 a 4, el tiburón celebraba en campo de Nacional su quinto título, acabando así con una sequía de 9 años. Una gesta que, aún, los hinchas barranquilleros recuerdan con cariño.