Así narró Pablo Giralt el penal cobrado por Lautaro Martínez

El encuentro en Lusail estaba caliente. Argentina comenzó ganando relativamente fácil, frente a un Países Bajos que no enontraba el camino del descuento. Al mejor estilo de cualquier drama de la historia del cine norteamericano, luego de un par de faltas, innecesarias por demás, los de Van Gaal vuelven a la vida y, de forma milagrosa, llevan el encuentro al alargue.

 La tensión en el campo era evidente y la emoción de los espectadores saltaba a la vista. Un conato de gresca, ocurrido después de una fea falta cometida por Marcos Acuña, que apenas vio la amarilla después de patear el balón justo al banco neerlandés, fue el principio del fin. Ambas escuadras entraron en un juego aún más fuerte que ni el endeble liderazgo del central Mateu La Hoz pudo detener.

El reloj llegó a los 120 minutos y, lo que al principio parecía una victoria cómoda de los de Scaloni, se convirtió en un verdadero volcán de emociones, dispuesto a entrar en erupción con el más pequeño movimiento. En un partido a punto de ebullición, llegaba la tanda de penaltis, lo que subía la temperatura hasta tornar la situación del terreno de juego en invivible.

Arriba, en la zona de prensa, Pablo Giralt, el relator argentino reconocido por sus emotivas narraciones, se jugaba su propio partido. El encuentro resultaba cómodo, hasta el minuto 83, cuando la naranja se metió al partido. Ahí todo fue hacia el nerviosismo. Luego, todo fue para peor cuando el árbitro adicionó 10 minutos más y explotó cuando los de Van Gaal empataron. 

Los 30 minutos de alargue fueron intensos, con muchas faltas y con algunas llegadas que habrían podido cambiar la historia. Lautaro Martínez y Ángel Di María casi lo ganan antes de los penaltis. Pero no pasó nada más. Luego de un poco más de 5 minutos de adición, La Hoz terminaba la prórroga y dejaba todo para definir desde los penaltis.

Un relator ya carcomido por el nerviosismo, mantuvo la entereza y se preparó para narrar los cobros de los jugadores albicelestes: Había que esperar un poco más. Los lanzamientos avanzaron, con un inspirado Emiliano Martínez que detuvo los dos primeros cobros: el de Van Dijk y el de Berghuis. Luego del fallo de Enzo Fernández, era el turno de Lautaro Martínez, quien no había podido marcar en todo el mundial.

Un emocionado Pablo Giralt acompañó el cobro del jugador del Inter, con una pasión casi mágica. Sus palabras llevaron el balón hasta el fondo y luego todo fue emoción. Luego de toda la tensión, de haber dejado que el rival empatara y terminar sufriendo como se terminó, Argentina llegaba a las semifinales, como siempre habían soñado en el país del río de La Plata: liderados por Lionel Andrés Messi Cuccitini.