Colombia tuvo día libre

El regreso a Cotía fue sosegado y feliz. Los futbolistas se instalaron en la residencia del Centro de Entrenamiento del Sao Paulo vacíos por el esfuerzo pero orgullosos del deber cumplido.

Hasta ahora, el día después los partidos había sido empleado por el preparador por una sesión suave de recuperación para los titulares del choque del día anterior y una práctica más intensa para los suplentes. En esta ocasión, todos tuvieron una sesión de asueto y tiempo de ocio. Premio a los guerreros.

El plantel de Pékerman se vistió de corto solo para realizar ejercicios de estiramiento y tener contacto con el gimnasio dentro de las instalaciones del cuartel general. No hubo salida al césped del campo de entrenamiento. No hubo visita a la oficina.

Carlos Bacca fue el único que tuvo trabajo extra. El delantero del Sevilla sigue su particular puesta a punto para restaurar su muslo derecho, dañado con una contractura muscular. El atacante, ávido de minutos, sabe que tampoco podrá estar el próximo martes, en Cuiabá contra Japón, en el último partido de la fase de grupos. Pero sabe también el ariete que aún queda Mundial para él.

La clasificación para los octavos de final alarga con seguridad la estancia de Colombia en Brasil. Y ahí, si todo va en los plazos previstos, es donde Bacca tiene su lugar.

Colombia solo está pendiente del rival que le toque en octavos y el desplazamiento que debe realizar. El conjunto de Pékerman ya sabe que jugará ante Costa Rica, Italia o Uruguay. Pero sabe que no se encontrará con Inglaterra, eliminada del Mundial.

Si puntúa ante Japón y termina como primera del grupo, irá al estadio Maracaná. Jugará ante el segundo del Grupo D, el próximo 28 de junio.

Si pierde con el equipo nipón y Costa de Marfil golea a Grecia podría acabar segunda. Entonces tendría su compromiso de octavos un día después, el 29, en el Arena Pernambucano de Recife.

En cualquier caso Colombia no se moverá de Cotía, donde permanecerá mientras dure su estancia en el Mundial.

La sesión fue especialmente emotiva para Juan Fernando Quintero. El joven volante del Oporto flota aún en el sueño en el que se invadió en Brasilia. Debutó en Brasil 2014 y marcó el gol de la tranquilidad. Todos hablaban de él, que resguarda con cariño la camiseta con la que subrayó uno de los días más felices de su carrera.

Todo fueron parabienes para el centrocampista, que respondió a la confianza de su entrenador. Se hartó 'Quinterito' de responder mensajes y de leer felicitaciones.

Él, igual que el resto, rentabilizó la jornada de asueto para disfrutar de los familiares que han llegado hasta Brasil y que forman parte de la calurosa y numerosa afición que alienta con entusiasmo cada compromiso del equipo cafetero.

El sábado volverá la normalidad José Pékerman y su equipo, quienes regresarán al césped para recuperar la rutina y mirar hacia el siguiente compromiso. 

EFE