Néstor Lorenzo visita a Carlos Salvador Bilardo y le regala camiseta de la selección Colombia

Carlos Salvador Bilardo, el técnico argentino campeón del mundo en 1986 y subcampeón en 1990, es uno de los íconos del fútbol gaucho y aunque no atraviesa por buenos momentos en su salud, siempre es mencionado en el ambiente del balompié por su gran aporte y por ser uno de los artífices de la consolidación de Diego Armando Maradona en la selección albiceleste.

La relación que Bilardo tiene con Colombia no es circunstancial, pues el entrenador tiene un lazo especial con el país porque dirigió al Deportivo Cali subcampeón de la Copa Libertadores de 1978 y a la selección Colombia en las clasificatorias a España 82, motivos que hicieron que la AFA lo contratara para dirigir un proceso con miras a México 86.

Néstor Lorenzo, director técnico de la selección Colombia que acaba de terminar segundo en la Copa América de los Estados Unidos, tiene también una relación particular con Carlos Salvador Bilardo, pues el entrenador del combinado cafetero estuvo dirigido por el argentino en el campeonato mundial de Italia en 1990.

El seleccionador colombiano fue alumno de Bilardo y para reconocer al aporte que el excampeón mundial hizo en su aprendizaje como futbolista y entrenador, fue a visitarlo y a llevarle como regalo una camiseta oficial de la selección Colombia firmada por varios de sus integrantes.

Lorenzo estuvo dirigido por Carlos Salvador Bilardo en diferentes etapas de su vida como futbolista, siendo de especial recordación el campeonato mundial de Italia en 1990, en el cual Néstor Lorenzo hizo parte del partido de la final contra Alemania, el cual perdieron con gol de Andreas Brehme de tiro penal que no pudo contener Sergio Goycochea, el antipenal del torneo.

Carlos Salvador Bilardo se caracterizó por ser un estudioso del fútbol y por imprimir a sus equipos un carácter de juego ofensivo, aunque también impartió truquitos para fastidiar a los rivales siendo famosos los alfileres para picar a los delanteros en los tiros de esquina o el ungüento de mentol para poner a los rivales en sus ojos.