Por: EFE/ Karen Benavides • Colombia.com

¿Perros sufren por la muerte de otro can? Estudio demuestra cómo es su duelo

Ha quedado demostrado que, tras la muerte de un perro, otros canes pueden atravesar por un proceso similar al duelo de los seres humanos.

Estudio: perros pueden atravesar por un duelo por la muerte de otro canino. Foto: Shutterstock
Estudio: perros pueden atravesar por un duelo por la muerte de otro canino. Foto: Shutterstock

Ha quedado demostrado que, tras la muerte de un perro, otros canes pueden atravesar por un proceso similar al duelo de los seres humanos.

Aunque muchas personas se niegan a creer que un animal es capaz de experimentar y demostrar diferentes sentimientos, con el paso del tiempo esto ha quedado más que demostrado, poniendo en evidencia que pueden sentir amor, alegría cuando algo les agrada, temor, y hasta tristeza al estar alejados de las personas o de otros seres, de su misma especie o de una distinta.

Por ejemplo, algunos animales, como los elefantes, manifiestan comportamientos de duelo por la pérdida de un compañero, tal como lo hacemos los seres humanos ante la muerte de un ser querido, pero hasta ahora no está claro si los perros también se afligen, aunque un nuevo estudio sugiere que algunos cambios de conducta y emocionales podrían ser indicativos de ello.

Al respecto, un estudio realizado por la Universidad de Milán que fue publicado por Scientific Reports analizó dichos cambios con una encuesta a 426 personas que tenían perros en el mismo hogar después de la muerte de uno de los animales, con el fin de saber cuál era el impacto emocional de dicha pérdida en el animal que aún está con vida.

Para obtener las respuestas deseadas, los propietarios, de los cuales el 66 % había perdido un perro más de un año antes del estudio, se les preguntó sobre cualquier cambio en el comportamiento del animal superviviente, describieron la relación previa entre los dos canes y sus propios niveles de angustia tras la muerte.

Los resultados fueron sorprendentes; el 86 % de los propietarios observó cambios negativos en el comportamiento del perro superviviente; el 32% informó que estos duraron entre dos y seis meses y el 25 % aseguró que, incluso, se prolongaron más de seis meses.

Ente los cambios en el comportamiento, el perro superviviente buscaba más atención (67 %), jugaba menos (57 %), estaba menos activo (46 %), se volvía más temeroso (35 %), comía menos (32 %) y aumentaba los quejidos y ladridos (30 %). El 93 % de los propietarios señaló que los perros habían vivido juntos durante más de un año y el 69 % describió la relación entre ellos como amistosa.

Aunque la duración de la convivencia entre dos perros no influía en el comportamiento de los supervivientes, haber tenido una relación amistosa y un dueño afligido hacía más probable que se produjeran cambios de comportamiento negativos y miedo. Los investigadores sugieren que los cambios observados podrían deberse tanto a una reacción similar al duelo en respuesta a la pérdida de su compañero, como a una reacción al duelo de sus dueños.