¿Cómo saber si tu perro o gato sufre de diabetes?

Las mascotas se han convertido en un miembro más de los núcleos familiares, por lo cual reciben el mismo cariño y los mismos cuidados que cualquier persona que los integre; de hecho, para muchos es el equivalente a un hijo, por lo que hacen hasta lo imposible por mantenerlos bien y velan siempre por su bienestar.

Sin embargo, no solo se trata de mimarlos y divertirse con su compañía, pues hay algunos otros aspectos que son mucho más importantes, como su salud; y es que son una gran cantidad de enfermedades las que pueden contraer tanto gatos como perros, muchas de las cuales también están presentes en las personas, como lo es la Diabetes Mellitus.

“La diabetes es una enfermedad que comúnmente afecta a perros entre 5 y hasta los 12 años, y gatos de edad avanzada, es decir, alrededor de los 10 años, aunque también es probable que animales jóvenes la puedan desarrollar, de ahí que resulta muy importante el chequeo periódico del médico veterinario, quien podrá diagnosticar y tratar oportunamente este padecimiento crónico”, explica Álvaro Cobo, Director de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Salud Animal en Colombia.

La diabetes es entendida como un desorden metabólico en el que se genera un incremento considerable de la cantidad de glucosa en la sangre y en la orina, que son producto de la pérdida o disminución de secreción de insulina en el páncreas. En los perros, esta enfermedad requiere de un tratamiento que debe ser suministrado de por vida, mientras que en los gatos puede ser reversible si se detecta a tiempo.

¿Cómo saber si tu mascota tiene diabetes?

Hay algunos síntomas que pueden servirte como una señal para saber si tu perro o tu gato está siendo víctima de esta enfermedad. De hecho, existe la posibilidad de que ya haya manifestado alguno de ellos sin que lo llegaras a notar o a relacionar con dicho padecimiento; estos son algunos de ellos, según MSD Salud Animal:

• Poliuria: se trata de un aumento en el número de veces que tu mascota orina; sin embargo, esto suele ser muy confuso para algunas personas, quienes lo llegan a confundir con problemas de conducta, teniendo en cuenta que lo realizan en lugares en los que antes no lo hacían.

• Polidipsia: comienza a tomar mucha más agua de la normal; puede que se termine rápidamente la que le pones en su recipiente, o que decida ir a beberla muchas más veces de las que acostumbra.
• Polifagia: su apetito también aumenta, por lo que siempre parecerá que queda insatisfecho con la comida que le das o pide comida con demasiada frecuencia.
• Alteración del peso: su peso corporal también puede comenzar a variar, sin embargo, dependerá del punto en el que se encuentra la enfermedad si la tendencia es a subir o a bajar.

Una vez identifiques cualquiera de estos síntomas, lo ideal es que lleves a tu mascota a que sea revisada por un experto, pues será el médico veterinario quien decida si es necesario realizar cualquier tipo de examen laboratorio, para confirmar o descartar la presencia de la diabetes.