Por: Prensa MSD Salud Animal • Colombia.com

Diabetes en perros y gatos: ¿cuáles son los signos de alerta?

Perros y gatos también pueden sufrir de diabetes, y aunque suele ser muy difícil de identificar, te contamos cuáles son los síntomas que sirven como alerta.

Sabías qué: perros y gatos también pueden desarrollar diabetes. Foto: Shutterstock
Sabías qué: perros y gatos también pueden desarrollar diabetes. Foto: Shutterstock

Perros y gatos también pueden sufrir de diabetes, y aunque suele ser muy difícil de identificar, te contamos cuáles son los síntomas que sirven como alerta.

Un estilo de vida sedentario, en el que exista poco ejercicio, además de una mala alimentación, así como el aumento de peso, pueden ser factores determinantes para que los animales de compañía se encuentren en riesgo de desarrollar diabetes, enfermedad que padecen, aproximadamente, 5 de cada 1000 perros y 3 de cada 1000 gatos.

En el marco del Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora el 14 de noviembre, Ximena Ramírez, Gerente Regional de Ventas de la Unidad de Animales de Compañía de la línea de Salud Animal en Colombia de una reconocida empresa biofarmacéutica líder en el mundo, abordó la importancia de que los responsables de animales de compañía supervisen a sus mascotas y desempeñen hábitos de vida saludables.

“Así como los humanos, tanto los perros como los gatos también pueden desarrollar diabetes. Factores como una mala alimentación, la disminución del ejercicio y el aumento de peso, provocan un desequilibrio en los niveles de glucosa e insulina de nuestras mascotas, dando como resultado un mayor riesgo de que desarrollen diabetes mellitus”, explicó la especialista en Medicina Veterinaria.

A decir de la experta, la diabetes es una enfermedad crónica que va en aumento y tiene mayor incidencia en animales de edad avanzada, es decir, aquellos que tengan 10 años o más, aunque también pude presentarse en animales jóvenes.

Si bien la diabetes no duele o no tiene manifestaciones físicas a simple vista, hay algunas señales que nos pueden indicar que nuestro perro o gato ya la ha desarrollado, por lo que es importante llevarlo a una evaluación con el Médico Veterinario: 

  • Come mucho: aunque su organismo tiene el azúcar suficiente para generar la energía que necesita, las células no la detectan y, por ello, piden más alimento. A este efecto se le conoce como polifagia.  
  • Orina mucho y toma mucha agua: la diabetes provoca un aumento en la cantidad y la frecuencia de la orina (conocida como poliuria). Esto sucede porque el azúcar se elimina a través de la orina, llevándose también el agua del cuerpo. Por lo que un perro o gato con esta condición tiene sed excesiva, mejor conocida como polidipsia, y toma más agua de lo habitual.  
  • Pérdida de peso: nuestra mascota puede bajar de peso sin razón aparente y de forma rápida, esto sucede porque se pierden proteínas de los músculos para la síntesis de la glucosa; incluso, esta ocurre aunque el apetito no disminuya. Algunas, otras mascotas tienden a ganar peso debido a la alta ingesta calórica ocasionada por la polifagia.

“A largo plazo, la diabetes en perros y gatos puede ocasionar consecuencias como ceguera, problemas de circulación, daño renal irreversible e, incluso, la muerte”, compartió Ximena Ramírez, Gerente Regional de Ventas de la Unidad de Animales de Compañía de la misma compañía.

Hay algunas razas que son más propensas a desarrollar diabetes. En el caso de los perros, esta condición es más común en las hembras enteras y en ejemplares Samoyedo, Alaska malamute, Caniches, Springer Spaniel, Pinscher y Schnauzer miniatura; siendo estos últimos, dos de las cinco razas preferidas por los colombianos.

En cuanto a los felinos, los gatos domésticos de pelo corto y de pelo largo, así como la raza de gatos Burmes, desarrollan dicha afección con más frecuencia, siendo los machos castrados los más susceptibles.

Finalmente, los perros y gatos que han sido diagnosticados con diabetes pueden llevar una vida saludable y plena con un tratamiento integral establecido por un Médico Veterinario, el cual debe incluir una dieta balanceada y adecuada, dependiendo la raza de nuestra mascota, una rutina establecida de actividad física, así como la administración de insulina de uso veterinario.