Por: Karen Benavides • Colombia.com

Niños cazan gatos y se los comen: la cruel tradición que causa indignación

Indignación por salvaje y cruel tradición en una ciudad de Malí, en la que menores de edad salen en las noches a cazar gatos, los cocinan, se los comen y cuelgan sus pieles como trofeo.

Polémica tradición: niños salen en la noche a cazar gatos y luego se los comen. Foto: Shutterstock
Polémica tradición: niños salen en la noche a cazar gatos y luego se los comen. Foto: Shutterstock

Indignación por salvaje y cruel tradición en una ciudad de Malí, en la que menores de edad salen en las noches a cazar gatos, los cocinan, se los comen y cuelgan sus pieles como trofeo.

Si bien la caza recreativa sigue siendo una de las prácticas más cuestionadas y criticadas en la sociedad, aún es frecuente y normalizada en diferentes lugares del mundo; uno de ellos es la ciudad de Tombuctú, en Malí, donde a la polémica por el hecho de que sigan cazando animales se suma que lo hacen con animales que actualmente son considerados “domésticos” y que, además, es realizada por menores de edad.

Como parte de una tradición, de la que se desconoce la fecha en la cual inició, niños de todas las edades salen cuando llega la noche, armados con antorchas, trampas de madera, trozos de carne que sirven como carnada, y garrotes, para convertirse en cazadores de pequeños e indefensos gatos; sin embargo, fuera de estas escapadas son como cualquier otro niño del mundo, van a la escuela y pasan tiempo con sus familias.

De hecho, lo que ha causado mayor indignación en el mundo al conocer esta salvaje costumbre, es que al atraparlos proceden a acabar con su vida, despellejarlos, cocinarlos y luego comerlos; y como si esto no fuera suficiente, cuelgan con orgullo las pieles de los animales en los cables de luz, como si se tratara de un trofeo que debe ser exhibido.

Y es que, aunque para muchos puede ser algo cruel y reprochable, para ellos es una práctica normal y un divertido pasatiempo, tanto así que los adultos se enorgullecen de ver a los pequeños en dicha labor y hasta les prestan utensilios para que puedan cocinar su presa. "Es imposible encontrar a alguien en el pueblo que no haya cazado gatos siendo niño", cuenta Salem Uld El Hadj, un conocido intelectual de dicha ciudad, a la AFP, admitiendo que incluso él mismo lo hizo cuando era menor.

No obstante, tal como lo da a conocer el poeta local Sane Chirfi al mismo medio, la tradición antes era diferente, pues sí se salía a cazar a estos felinos, pero se trataba de gatos callejeros; ahora, sin importar si se trata del animal de compañía de una persona, proceden a acabar con su vida de la misma manera.

Precisamente, Abdoulaye Sow, un hombre de aproximadamente 20 años de edad que vive esta misma ciudad del norte de Malí, cuenta al medio anteriormente citado que su gato, el cual respondía al nombre de Pipo, fue cazado por una banda de niños hace poco tiempo en esta polémica tradición; “era un animal fuerte, seguro les costó matarlo", agrega.

Entretanto, personas de otras zonas y defensores de animales de diferentes países esperan que pueda acabarse con esta absurda tradición que representa un terrible sufrimiento para los mininos, y en la que se les enseña a los niños que la vida de los animales no tiene ningún valor y se les incentiva a actuar de forma violenta en contra de los mismos.