Brochas de maquillaje impecables: ¿cuáles son los riesgos de no limpiarlas correctamente?

Las brochas de maquillaje son de los implementos de belleza que más bacterias y microorganismos acumulan, por lo que una limpieza inadecuada o poco frecuente podría favorecer la aparición de algunos problemas en la piel.

De acuerdo con expertos en dermatología, no basta sólo con usar productos de calidad para tener una piel linda, tersa y libre de impurezas, ya que la higiene adecuada es fundamental.

Profesionales de Vogue señalan que las brochas de maquillaje acumulan con mucha facilidad bacterias, polvo y suciedad, y dependiendo del lugar donde las almacenemos, pueden convertirse en el hogar de muchos microorganismos dañinos.

Riesgos de usar las brochas de maquillaje sucias

Entre los riesgos de usar las brochas sucias o lavadas de forma inadecuada están el desarrollo de infecciones cutáneas, brotes de acné, irritaciones, obstrucción de poros y alergias. Además, usar las brochas sucias impide obtener un buen acabado en el maquillaje, ya que no distribuyen de manera uniforme los productos, generando parches, manchas y texturas poco deseadas. 

Otro de los efectos negativos de usar las brochas sucias es la contaminación de los productos, ya que ante una higiene escasa es más probable la transmisión bacterias y suciedad. Esta contaminación puede reducir la vida útil de tu maquillaje demás de afectar su textura, color y efectividad. 

Por último, se destaca una mayor probabilidad de desarrollar infecciones oculares, sobre todo si compartimos maquillaje sin tener las precauciones necesarias. Algunas infecciones comunes por esta causa son: conjuntivitis, orzuelos e irritaciones.

¿Con qué frecuencia debo lavar las brochas de maquillaje? 

Según expertos de la web Mediestética, se recomienda una limpieza profunda de las brochas al menos cada 7-10 días con el fin de evitar que se conviertan en incubadoras de bacterias, e incluso moho si permanecen humedecidas mucho tiempo.

La forma correcta de lavar las brochas es mediante el uso de agua y un jabón neutro. También puedes recurrir al uso de aceites para limpiar las brochas que usas con maquillajes líquidos o en crema como bases, rubores y contornos.