Medio siglo sin la poesía hecha música de Jim Morrison, el Rey Lagarto
Un 3 de julio de 1971 falleció Jim Morrison, el legendario y mítico líder de The Doors, apodado el Rey Lagarto, un auténtico provocador social y símbolo de una época marcada por los excesos y la psicodelia.
Un 3 de julio de 1971 falleció Jim Morrison, el legendario y mítico líder de The Doors, apodado el Rey Lagarto, un auténtico provocador social y símbolo de una época marcada por los excesos y la psicodelia.
El hombre de los pantalones de cuero y admirador de los poetas malditos franceses como Charles Baudelaire y Arthur Rimbaud, se fue un día como hoy hace 50 años, aunque su viaje hacia el más allá había comenzado desde que puso marcha en primera y su afición a la heroína y a la cocaína decidió mantener el pie en el acelerador.
James Douglas Morrison terminó su vida cuando apenas comenzaba a los 27 años y se convirtió en un especial miembro del “Club de los 27”, un infortunado grupo de estrellas malogradas a esa edad entre las que se cuentan Jimi Hendrix y Janis Joplin, y que fundó Brian Jones, músico multiinstrumentista de los Rolling Stones que murió de sobredosis un mes después de haber sido despedido de la legendaria agrupación inglesa en 1969.
Jim Morrison llegó de la calurosa Florida directo al rock para cambiarlo, el Rey Lagarto, llamado así por un verso de su autoría que decía “Soy el Rey Lagarto y puedo hacer lo que sea”, le imprimió poesía, pero también autodestrucción por su dependencia a las drogas, sus amigos decían que en sus últimos años vivía intoxicado todo el día, y los managers vieron en él una especie de bomba sensual que le daba un aire de estrella incomprendida.
La fascinación por la poesía marcó la vida y la carrera de Morrison, él se consideraba poeta antes que cantante y trató de imprimirle ese sello a su banda, The Doors, una agrupación catalogada como intérprete de Rock psicodélico y Blues rock, conformada además de él, por Ray Manzarek, John Densmore y Robby Krieger.
Muchos dicen que antes que una estrella de rock, Jim Morrison fue un provocador de la juventud, de la política, de la música y hasta del sexo, el Rey Lagarto fue un rebelde auténtico, con o sin causa, pero muy original, y todo lo que rodeo su vida y su muerte tuvo un aura mística única.
Luego de grabar L.A. Woman, Morrison viajó con su novia a Paris, la cuna de sus poetas favoritos, y fue allá donde murió, fue encontrado inerte en la bañera, se dijo que su deceso lo había provocado un paro cardiaco, otros dicen que fue por sobredosis de cocaína con previa visita a un bar, sin embargo, no se le realizó autopsia y su cuerpo sin sus infaltables botas texanas fue enterrado en el cementerio Pere-Lachaise, 4 días después, tiempo en el que su novia lo tuvo con hielo para evitar su descomposición.
Los fans de The Doors y del mito de Jim Morrison crecen con los años, porque su música y su figura no tienen fecha de caducidad.