Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Hallan restos de un mastodonte en Quinchía, Risaralda

Mientras unos mineros artesanales en Quinchía, Risaralda, buscaban oro se encontraron con los restos de un mastodonte, un tesoro que no brilla como el metal pero que brinda grandes luces sobre la prehistoria de la región.

Actualización
Los mastodontes pertenecen a la familia de los proboscídeos similares al elefante. Foto: Pixabay
Los mastodontes pertenecen a la familia de los proboscídeos similares al elefante. Foto: Pixabay

Mientras unos mineros artesanales en Quinchía, Risaralda, buscaban oro se encontraron con los restos de un mastodonte, un tesoro que no brilla como el metal pero que brinda grandes luces sobre la prehistoria de la región.

Las faenas de la minería artesanal son difíciles y para realizarlas no solo se debe tener determinación sino mucha paciencia, porque en ocasiones basta solo escarbar un poco para obtener una significativa cantidad de oro que pueden “sacar de pobre” rapidito a más de uno, así como a veces también horas y horas de excavación, no dejan más que unas pepitas sin mucho valor.

Y en esas andaban un grupo de mineros esperando a que los alumbrara el dorado color de la felicidad cuando lo que los deslumbró fue el legado de la historia, claro que al principio lo que sintieron fue miedo porque imaginaron que podría tratarse de restos humanos y en seguida con rosario en mano se persignaban pidiendo por las almas que andaban con el pasaje al cielo medio embolatado.

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Uno de los mineros siguió escarbando en la tierra y se encontró con un hueso muy largo y enseguida pensó que eso no podía ser de un hombre, una parte de la tierra se desprendió y dejó al descubierto huesos similares como el que habían encontrado primero, entonces se dieron cuenta que todos podían pertenecer a un mismo grupo, mejor dicho, a un animal bien grande.

Los mineros sabían que su jornada había llegado a su fin porque en ese sitio había “fósil encerrado” y era mejor avisar a las autoridades y buscar otro sitio para hacer búsqueda de oro porque seguramente el lugar pronto se llenaría de policías, gente con batas blancas excavando, periodistas, fotógrafos y chismosos del lugar tratando de robar cámara para que los vean en la emisión del noticiero.

Los expertos del Laboratorio de Ecología Histórica y Patrimonio Cultural, junto con miembros de la Corporación Autónoma de Risaralda llegaron al lugar para de inmediato iniciar las investigaciones y el resultado fue que los huesos encontrados inicialmente por los mineros pueden pertenecer a un Mastodonte, mamútido mamífero perteneciente a los proboscídeos, un pariente cercano del elefante que todos conocemos.

Este hallazgo puede ser un verdadero dorado de la historia en sus fases iniciales en esta región porque puede ayudar a determinar aspectos como su conformación, clima y las características de este animal y otros que hubiesen podido habitar la zona, pues hasta el momento se considera que los mastodontes se extinguieron hace 10.000 años.

Algunos expertos consideran que es muy importante este descubrimiento porque en la zona se creía que no se podían encontrar estas evidencias, que ahora son tan grandes como los colmillos intactos que se pueden apreciar. Las investigaciones continuarán por un buen tiempo y pronto se recolectará información valiosa que nos de luces sobre si la biodiversidad de la que goza el país siempre ha sido una característica permanente en él.