Ciencia: ¿Los viajes espaciales alteran el cerebro?

Aunque la idea de viajar por el espacio sea el sueño de muchas personas y quizá la experiencia más extraordinaria del mundo, unos estudios han revelado unos efectos importantes en la salud que se deben tener en cuenta.

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Investigaciones señalan que los astronautas que pasan una larga temporada en el espacio crecen varios centímetros, debido a que la columna vertebral se alarga, lo que les produce molestias y dolores.

Pueden desarrollar síntomas muy parecidos a la diabetes o sufrir un deterioro visual por cambios estructurales en el globo ocular. El último estudio al respecto apunta además a otro inquietante impacto en la fisiología humana cuyas consecuencias a largo plazo todavía están por determinar: el cerebro presenta cambios.

Donna Roberts, radióloga de la Universidad Médica de Carolina del Sur (EE.UU.) que ha trabajado para la NASA, ha estudiado los efectos de la gravedad cero sobre el cuerpo humano durante más de una década.

En su última investigación, ha utilizado imágenes de resonancia magnética (MRI) para echar un vistazo a la cabeza de 34 astronautas antes y después de misiones espaciales cortas y largas.

Los resultados, publicados en la revista New England Journal of Medicine, concluyen que la microgravedad provoca un estrechamiento del surco central, un surco en la corteza cerca de la parte superior del cerebro que separa los lóbulos parietal y frontal.

Ese estrechamiento, según el equipo de Roberts, evidencia que con el tiempo la microgravedad hace que el cerebro se mueva hacia arriba en el cráneo, lo que crea una mayor presión sobre su superficie superior, y obstruye el flujo normal de sangre y líquido cefalorraquídeo (LCR) que baña el área y el sistema nervioso espinal.

También causa que el nervio óptico dentro del ojo se hinche. El resultado es una visión deteriorada, un trastorno conocido en la Tierra como papiledema.

Estas consecuencias son peores dependiendo el tiempo que dure un astronauta en el espacio. Los investigadores creen que deben continuar los estudios para determinar la duración y la importancia clínica de estos cambios en el cerebro.

La NASA y otras agencias espaciales han diseñado distintos programas de ejercicios para preparar los huesos y músculos de los astronautas a la microgravedad, aunque las alteraciones del cerebro son un problema mucho más complejo.

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