El color naranja toma fuerza en la economía mundial pero, ¿cómo entenderla?

Se conoce como economía Naranja debido a que este color suele asociarse a la cultura, la creatividad y la identidad. 

Aprende sobre la economía naranja en Colombia. Foto: Pixabay
Aprende sobre la economía naranja en Colombia. Foto: Pixabay

Se conoce como economía Naranja debido a que este color suele asociarse a la cultura, la creatividad y la identidad. 

Las nuevas tecnologías, están irrumpiendo y alterando el funcionamiento de la economía, concretamente la forma de funcionar de las industrias, nuevas normativas y regulaciones, puestos de trabajo, mercados, comportamientos sociales, hábitos de compra y venta, utilización de servicios y creación de nuevas necesidades.

Según los creadores de este concepto en Colombia, Felipe Buitrago, Director TICTAC en la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones y co autor del libro “La economía naranja: una oportunidad infinita” junto a Iván Duque, presidente electo de Colombia, para aludir a este fenómeno se usan infinidad de términos como industrias culturales, industrias creativas, industrias del ocio, industrias del entretenimiento, industrias de contenidos, industrias protegidas por el derecho de autor, economía cultural y economía creativa.

 

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Por lo tanto, la economía naranja es el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual.

“En el desarrollo de la economía naranja es posible cerrar las brechas sociales y acercar a las personas más humildes con las más privilegiadas alrededor de un propósito común. Existen muchas personas que tienen la motivación para emplear las herramientas de este tipo de economía en la integración social. Por lo tanto, Colombia tiene una oportunidad única en los próximos años para que sus industrias creativas supongan un peso elevado en su PIB, que gira alrededor del 2.2%, basado en su exquisita cultura, en la juventud de su población, en la riqueza de su idioma y en el fin del conflicto armado”, asegura Daniel Caridad López del Río, Docente experto de Cerem International Business School, escuela de negocios española, presente en países como Colombia, Argentina, Chile, México, Ecuador y Perú.

Actualmente los países que han crecido a un mayor nivel de la región tienen una contribución mayor que la media en las industrias que se reconocen como una economía creativa. Las estimaciones por BBVA Research, referente de investigación y de análisis económico en diferentes países de América, Europa y Asia, muestran que la aportación al PIB de esta industria es de aproximadamente un 2,2% en la región.

Además, la contribución de la economía creativa al empleo en la región es del 5,3%, habiendo países que incluso alcanzan el 7%. Unas proyecciones y cifras que indican que la creatividad es una economía con un potencial muy alto y con un poder que, hasta ahora, continúa creciendo exponencialmente en la región.

“Entre muchos ejemplos exitosos de economía naranja que hay actualmente en Colombia, se podría nombrar la plataforma Cali Creativa, una nueva apuesta que hace el departamento del Valle del Cauca, para impulsar las empresas dedicadas a este sector. Aunque Cali es la tercera ciudad en Colombia con mayores bienes en exportaciones de la economía naranja (después de Bogotá y Medellín), es la que ha demostrado un crecimiento continuo en los últimos tres años, según la metodología del BID, más de cinco billones de pesos en 2016, con un crecimiento de 6,1% frente al año anterior en el número de empresas, y superaron los 140 millones de dólares en exportaciones, razón por la cual el apoyo a las industrias creativas será la punta de lanza para el crecimiento económico de la ciudad”, afirma López del Río, docente de la escuela.

La importancia del desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en América Latina responde a un fuerte potencial para transformar las sociedades y las economías. Nos dirigimos hacia un entendimiento de las industrias culturales, las cuales en la actualidad, se conocen más como industrias creativas, al concentrarse en la capacidad de producción y de innovación del conocimiento y de la información, en oposición al concepto más tradicional de cultura e industria cultural vinculado a la idea de las bellas artes.