Bogotá cuenta con algunos lugares paranormales que han dejado los pelos de punta

Durante este mes de octubre dónde suelen acontecer diversas historias escalofriantes que esconden todos los rincones del mundo, Bogotá también cuenta con ciertas historias que han despertado interés en aquellos amantes que desean disfrutar de estos eventos durante la época de Halloween.

Bogotá es una ciudad bastante grande que suele albergar diversas historias en muchos escenarios, uno de ellos ocurre en el cementerio central de la capital; una historia relatada por Alexander Galindo, restaurador de tumbas, dio una entrevista al medio de El Tiempo relatando algunas historias que ha vivido mientras ejerce su labor en uno de los escenarios más terroríficos para muchas personas.

“Vi una sombra negra, un espíritu malo, en mi vida -trabajo aquí desde los 8 años -nunca había visto algo así. Es algo qué pasa a la velocidad de la luz y se esconde. Luego se sube como un animal por la pared y desaparece."

Además, también destacan historias de brujería y amarres en diferentes zonas del cementerio, así como rituales y adoraciones a entes fantasmagóricos que muchas personas van en busca.

Otra de las historias es contada por los conductores de taxis, se trata de la monja que utilizaba este servicio, pues muchos narraban que a la altura del puente de la calle 100 con carrera séptima, una monja de hábito negro buscaba a los taxistas para llegar a un punto en especial.

Uno de los taxistas relató en un podcast de un medio de comunicación que esta lo había hecho esperar en una funeraria mientras iba por el dinero y pagar la carrera.

Días después, el taxista indagó sobre esta mujer con el celador de la funeraria, quien sorprendido le indicó que esa noche no había ninguna monja, solo la que se encontraba en velación, confirmando así que había trasladado a un fantasma.

El restaurante Canibal fue otro que sorprendió a muchos comensales que solían frecuentar este lugar en los años 80, el cual tiempo después fue señalado de vender carne humana, pero según su dueño decía que la carne procedía de Italia gracias a su hermana, sin embargo, cuando se le preguntó a ella, dejó claro que era vegetariana, dejando en duda la procedencia del alimento. 

Todo esto género mayor incertidumbre cuando una persona afirmó que vio al dueño Gigi comprar cuerpos que quedaron de la toma del Palacio de Justicia para comercializarlos. El restaurante cerró y el chef desapareció.