Jericó, tierra bella, hospitalaria, religiosa y cuna del tradicional y legendario carriel antioqueño

Así como no hay vaquero o mariachi sin su sombrero, no existe montañero sin su carriel, y es que este artefacto, que más parece una extensión del cuerpo, es uno de los símbolos de los arrieros, esos tradicionales montañeros antioqueños que en una suerte de bolso guardaban los secretos más recónditos de la naturaleza de su región; en él podían cargar el tabaco para acompañar el aguardiente, una pomada para las picaduras y una que otra estampita o medallita religiosa para pedir protección en sus largas y duras jornadas.

El carriel antioqueño también tiene su propia mística, porque no se elabora de cualquier manera ni en cualquier parte y el mejor de todos es el carriel elaborado en una población con nombre bíblico como las primeras fundaciones antioqueñas, como el mismo nombre de un departamento que se atrevió a tumbar montañas y convertir a media Colombia en tierra paisa; se trata de Jericó.

Ubicado a 100 kilómetros de la ciudad de Medellín, Jericó es un municipio del suroeste del departamento de Antioquia que hace parte de la Red de pueblos patrimonio de Colombia, es una población muy visitada por los habitantes del departamento y del país, por ser un lugar muy cálido y acogedor, que cuenta con una belleza arquitectónica que lo convierte en apetecido sitio de interés y porque la cultura cafetera es parte de la cotidianidad, allí se respira y todo sabe a nuestro producto insignia.

A Jericó se le conoce como el pueblo más bello de Antioquia, unos de los más lindos de Colombia y también como la “Atenas del suroeste” debido a la cultura y progreso de sus gentes.

Aunque los carrieles han caído en el desuso, existen muchas personas en el departamento y en todo el país que todavía lo usan y viajan y encargan exclusivamente en Jericó la elaboración de estos bolsos que son usados tanto por hombres como por mujeres, pero existen también muchos antioqueños y paisas que quieren mantener su sentido de pertenencia y “mandan a hacer uno”.

En Jericó se elaboran los carrieles con los mejores cueros, amplia variedad de diseños y colores y casi todos tienen 9 bolsillos, 3 de los cuales están ocultos en el forro, esos que son llamados “secretos” y son ideales para guardar monedas, billetes y hasta piedras preciosas.

La tradición religiosa en Jericó es muy grande, de allí es oriunda la Santa Madre Laura, cuya casa se convirtió en un mueso abierto para todo el público y la población cuenta con 5 iglesias, porque en Jericó la oración es siempre importante.

Lo mejor de Jericó es su gente, toda muy amable y cordial y siempre dispuesta a mostrar lo mejor de su pueblo al visitante, que seguro se amañará y volverá, o por qué no, quizás se quede a vivir en uno de los sitios más acogedores que se puedan conocer.